MUNDO
Myanmar despide a su embajador ante la ONU luego de que pidiera acciones contra el ejército
El diplomático pidió utilizar “todos los mecanismos necesarios” para recuperar la democracia en su país, por lo que fue acusado de traición
El ejército de Myanmar (Birmania) destituyó de su cargo a su embajador ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kyaw Moe Tun, acusándolo de traición.
Apenas este 26 de febrero, Moe Tun denunció la situación de represión y violencia que está viviendo el país asiático y pidió ayuda a la ONU con “las acciones más fuertes posibles” contra el ejército birmano.
El diplomático pidió utilizar “todos los mecanismos necesarios” para recuperar el orden democrático en su país.
“Necesitamos la acción más fuerte posible de la comunidad internacional para detener inmediatamente el golpe militar, parar la opresión de inocentes, devolver el poder al pueblo y restaurar la democracia”, dijo Moe Tun ante la Asamblea General de la ONU.
La destitución llega solo un día después, a manera de represalia, y fue anunciada primero por la televisión estatal.
En el reporte, se señaló que Moe Tun “traicionó al país y habló en nombre de una organización no oficial que no representa al país y que abusó del poder y de las responsabilidades de un embajador”.
También este sábado, los militares emprendieron la jornada represiva más violenta que se había visto desde el inicio de las manifestaciones contra el golpe de Estado.
La petición por una intervención para frenar la violencia se dio en medio del uso desmedido de la fuerza por parte de los militares para frenar a los manifestantes.
Here's the legitimate Myanmar government representative – not the generals of the coup – making an ~15m statement at the UN today.
[Somehow, Hunger Games provided their resistance hand gesture 🙂 Hollywood et al. provide group "vocabularies" these day.]https://t.co/olMqEaebaP pic.twitter.com/GoCQyexzwG
— John Tigue (@johntigue) February 26, 2021
Desde el pasado 9 de febrero el ejército comenzó con el uso de municiones reales contra sus ciudadanos, a lo que se suman los golpes, las armas punzocortantes y los gases lacrimógenos.
Esta semana el ejército birmano advirtió a los manifestantes que “la confrontación cobrará vidas”, admitiendo sus intenciones de seguir matando civiles por oponerse a su gobierno.
En la misma advertencia, el gobierno admitió que estaba consciente de que la mayoría de los ciudadanos protestando son jóvenes, lo que no frena la brutalidad con la que ha respondido.
Hasta ahora se han confirmado ocho muertos a manos de militares y policías, pero la cifra podría ascender tras la jornada del fin de semana.
El 1 de febrero el ejército de Myanmar llevó a cabo un golpe de Estado contra la presidente Aung Can Suu Kyi, acusándola de fraude electoral y apresándola junto a otros funcionarios.
Los hechos se dieron tras solo 10 años de gobierno civil, antecedidos por 50 de dictadura militar, lo que ha provocado que miles salgan a las calles a protestar por la liberación de la presidenta y la restauración de la democracia en el país.