Osmel Ramírez, periodista “regulado” cuyos derechos humanos no son respetados

A 71 años de la adopción de la Declaración Universal de Derechos Humanos por las Organización de Naciones Unidas (ONU), el periodista Osmel Ramírez Álvarez siente tener el récord de periodista con mayor tiempo «regulado».

“Regularnos es un castigo, un abuso de poder, una limitación a nuestro actuar cívico, aunque el canciller Bruno Rodríguez diga descaradamente que no conoce los numerosos casos o Díaz-Canel afirme que no se persigue a ningún cubano por pensar diferente u oponerse al sistema.”

En Cuba, el término es usado por las autoridades migratorias cubanas para referirse a quienes el gobierno les tiene prohibido salir del país.

En junio de 2017 Ramírez viajó a España para asistir a una reunión editorial y a su regreso el gobierno cubano inició un asedio contra el periodista.

En noviembre de ese mismo año quiso viajar a Colombia, y estando en el aeropuerto se enteró que se encontraba ya como “Regulado” y al querer saber por qué sólo le dijeron que la medida podría ser “por dos años” o “indefinida”.

La vivienda de Osmel fue registrada y y el periodista detenido por tres días.

“No tengo ningún proceso judicial pendiente, no me dicen exactamente por qué. Y no soy el único, por desgracia. ¡Somos cientos en todo el país! Periodistas como yo, artistas contestatarios, diversos representantes de la sociedad civil verdadera, opositores organizados, en fin, cubanos y cubanas que no nos plegamos al sistema y al Gobierno, y resultamos incómodos.

Cuando se vive bajo un régimen autoritario, ser molesto significa ser agente de cambio”.

En Cuba existen muchísimos “regulados”, y es precisamente por tal motivo que un grupo de regulados ha convocado una protesta cívica pacífica en la Terminal 3 del Aeropuerto José Martí de La Habana, justo en el sitio donde se ha vejado a tantos buenos cubanos, prohibiéndoles abordar un avión con billete en mano.

“Lo he vivido y es frustrante; no por el viaje sino por la impotencia de ser reprimido y no tener defensa legal, de ser castigado sin haber cometido delito alguno”, recalca el periodista, quien afirma que cada día que pasa rompe su “propio récord como periodista regulado” y enfatiza que el hecho es “una fragante violación de un derecho humano inalienable, en nuestro caso se suma la violación de la libertad de expresión y opinión”.

Ramírez Álvarez, se siente el periodista más veterano en esta situación y afirma que mientras el gobierno, especialmente para la policía política, es negativo, para la su situación es algo positivo.

“Significa que estoy siendo molesto para el régimen con mi pluma (mejor decir, mi teclado) y, cuando se vive bajo un régimen autoritario, sea de izquierda o derecha, ser molesto significa ser agente de cambio y de esperanza, estar haciendo un trabajo acertado en favor del bienestar público, a favor de la democracia”.

El ser un “regulado”, es una situación que el periodista asegura no le afecta psicológicamente porque es feliz con lo que hace.

“¿Cómo lo enfrento? No dejo de denunciarlo porque ver un crimen en calma es cometerlo, lo dijo acertadamente José Martí”.

Por último, Osmel enfatizó en que acostumbrarse a estar regulado y no hablar de ello todos los días ni reclamar el cese de esa violación de los derechos humanos, equivale a volverse cómplice del sistema y de su policía política.

“En cambio, pongo un poco más al desnudo el carácter represivo del Gobierno cubano”.