Otaola sobre invitación de Malmierca: “Quieren que inviertas para decomisarlo todo después”

El ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca Díaz, invitó hace unos días a los emigrados cubanos a invertir “sin límites” en la economía de la Isla, propuesta que levantó la polémica entre miembros del exilio al sur de la Florida.

“No existe ninguna limitación para que cubanos residentes en el exterior inviertan en el país”, dijo el titular de cara la dura situación que atraviesa el país, en crisis por la pandemia de coronavirus y la propia ineficiencia del sistema comunista.

El presentador cubano Alexander Otaola no demoró en reaccionar y alertó a los cubanos del exterior que se puede tratar de un engaño.

“Según ellos, cualquier cubano puede invertir, pero hasta ahora no han dejado que usted invierta”, dijo Otaola mientras explicaba el caso de un cubanoamericano al cual se le negó la oportunidad de abrir una fábrica de tractores en la zona del Mariel por no apegarse a los intereses del Gobierno.

“Qué buena noticia tú me has dado, yo voy a ir a invertir en Camagüey en un centro cultural donde puedan cantar todos los artistas opositores. ¿Puede ser?, porque no hay limitación alguna”, cuestionó.

“Quieren que lo inviertas todo para cuando ya tengas el negocio decomisarlo todo”, afirmó Otaola, quien también expuso el caso de un cubano repatriado que luego de montar su negocio en Cuba el propio Gobierno le decomisó la mercancía por ser ilícita.

El asunto radica en que la Ley de Inversión Extranjera vigente no distingue entre cubanos o extranjeros a la hora de invertir en la Isla. El inversionista se define como “persona natural o jurídica, con domicilio y capital en el extranjero”, pero en la práctica existe estigma contra el cubano emigrado.

Este sentimiento se ha hecho sentir en varias declaraciones del propio Malmierca. En 2014, dijo que “Cuba no irá a buscar inversión extranjera a Miami. La ley no lo prohíbe, la política no lo promueve”.

Sin embargo, la normativa si excluye a los cubanos dentro de Cuba que no pueden invertir en el desarrollo de su propio país y hacer negocios prósperos más allá de una reducida lista de actividades que el gobierno permite ejercer.