¿Qué hizo el régimen con el crédito ruso de 1.200 millones de euros para las termoeléctricas?

El acuerdo gubernamental implicaba que el gobierno ruso iba a poner 1.080 millones de euros de su dinero público con la condición de que Cuba pusiera 120 millones. (Foto: UNE-Facebook)

Cuba atraviesa por una severa crisis energética, generada por su alta dependencia del petróleo para producir electricidad (el 95% de la generación es con combustibles fósiles), además de las continuas roturas de las viejas termoeléctricas y grupos electrógenos distribuidos por todo el país.

Según datos del Ministerio de Energía y Minas (Minem), publicados por la web oficialista Cubadebate, en todo el territorio cubano hay casi 6.500 MW de potencia instalada, pero solo se dispone regularmente de alrededor de 3.000 MW. Por ello, desde el año 2016 se anunció que Vladímir Putin, el mandatario ruso, había otorgado una línea de crédito de 1.200 millones de euros para ampliar la termoeléctrica de Santa Cruz del Norte e instalar 800 MW de energía.

Luego de pasar varios años jamás se volvió a hablar del tema, pero la crisis de apagones de los últimos tiempos ha vuelto a revivir el asunto, por lo cual muchos se preguntan ¿qué hizo el régimen con el dinero ruso?

Según reconoce la viceministra del Minem, Tatiana Amarán Bogachova, en conversación con el medio de prensa antes mencionado, “es obvio que ha faltado información al respecto sobre el proyecto de los 4 bloques rusos”, que serían financiados con dinero extranjero.

“El proyecto para construir 4 unidades de 200 MW cada una (3 en la termoeléctrica de Santa Cruz del Norte y 1 en la del Mariel) concibe su ejecución con un crédito de 1200 millones de euros otorgado por el Gobierno ruso. Ese monto cubre el 90% del costo del proyecto y la parte cubana está obligada a pagar, anticipadamente, el restante 10%”, expone la funcionaria.

Los trabajos iniciales de preparación de la obra civil comenzaron en 2016 y estaban pensados para tres años de duración. De acuerdo con Amarán Bogachova, “se ejecutaron por empresas rusas y cubanas dada la complejidad del proyecto que implicó modificar, por ejemplo, el sitio de uno de los bloques”.

Cuando comenzó el año 2020, donde se suponían que iba a iniciar el montaje de los bloques, llegó la pandemia de coronavirus y se “ralentizaron los intercambios”, es decir, las empresas rusas encargadas de ejecutar la parte crucial del proyecto perdieron contacto con la parte cubana, producto de la cancelación de vuelos.

Sin embargo, los rusos no siguieran adelante con la tarea, porque Cuba no pagó el 10% del monto total del proyecto, que solo era de 120 millones de euros. Según la viceministra, “las condiciones de nuestra economía se agudizaron, con lo cual nos resultó imposible disponer del monto anticipado que permitirá que la parte rusa disponga del crédito para el proyecto”.

El acuerdo gubernamental implicaba que el gobierno de Rusia pusiera 1.080 millones de euros de su dinero público con la condición de que Cuba diera 120 millones y toda la obra fuera ejecutada por empresas rusas a las que se les iba a pagar con el dinero de todo el proyecto.

Para el país europeo era un buen negocio, pues a fin de cuentas el dinero regresa a su economía, ya que servía para dar empleo a sus empresas y ciudadanos, nada más que la obra sería edificada fuera del país.

También era un excelente acuerdo para la Isla, pues ganaría 800 MW con una financiación inicial de solo 120 millones. Sin embargo, el mal manejo de la economía nacional dejó pasar esa enorme oportunidad.

Cuando la parte cubana quiso reanudar las conversaciones, Rusia estaba inmersa en la invasión a Ucrania, ordenada por Putin, y en la actualidad todo continua en un largo impasse.

Así concluye su explicación la viceministra Amarán Bogachova “el dinero de ese crédito no se empleó en nada, sencillamente, no hemos podido reanudar el proyecto. Y por otro lado, los créditos no son un regalo, sino un préstamo, por tanto, no hay modo de que Cuba pueda emplear el dinero en otra cosa que no sea este proyecto”.

“Por último, otro detalle, esos 1200 millones de euros son para financiar los trabajos de las empresas rusas involucradas en el proyecto, lo maneja y administra una entidad rusa desde ese país”, añadió.