¿Qué motiva a un espía para trabajar con los servicios de inteligencia castrista?

Enrique García, exoficial de la inteligencia cubana, ofrece detalles sobre el trabajo del régimen castrista. (Captura de pantalla © América Tevé – YouTube)

El caso del presunto espía Víctor Manuel Rocha, un alto diplomático de Estados Unidos que recientemente fue acusado de trabajar encubierto para los servicios de inteligencia castrista, ha vuelto a resurgir el debate sobre qué motiva a estas personas a arriesgar sus vidas en favor del régimen comunista.

A pesar de que Cuba tiene pocos recursos financieros, el Estado procura destinar bastante dinero para mantener en pie uno de los servicios de inteligencia mejor manejados del mundo. Sin embargo, no hay suficiente cantidad de dinero para pagar a toda la red de espías que tienen infiltrados en todo el mundo, incluyendo altos cargos dentro del gobierno de EEUU, como se sospecha en el caso Rocha.

Por ello, tal y como lo confesara otra connotada espía, Ana Belén Montes, su motivación principal no es el dinero, sino la afinidad ideológica con el régimen castrista. Ese es su principal motor: la lealtad política supera la compensación financiera, pues en los altos cargos dentro del gobierno de EEUU ya cobran un buen salario y tienen acceso a todas las comodidades.

A eso también respondieron los esposos Walter Kendall Myers y Gwendolyn Steingraber Myers. Todos ellos compartían un compromiso con la llamada revolución cubana más que un interés en el lucro personal.

Los expertos señalan que el daño causado por estos espías a la seguridad de EEUU es considerable. No solo proporcionaron información ultrasecreta a Cuba, sino que también desafiaron la noción convencional de que el dinero es el principal motivador en el mundo del espionaje.

Sin embargo, para el régimen cubano el dinero sí es la motivación principal, pues varios analistas indican que muchos de esos secretos recopilados por la red de espías que, como Rocha estuvieron presuntamente encubiertos por más de 40 años, son vendidos a los servicios de inteligencia ruso, iraní o chinos; todas potencias que sí pueden tomar más ventajas sobre las debilidades de EEUU.

Un artículo publicado en el influyente diario The Wall Street Journal señala que el patrón de espionaje ideológico “subraya una amenaza subestimada para la seguridad nacional de EEUU”, que está demasiado enfrascado en confrontaciones con Rusia, China e Irán, y descuida su patio trasero con Cuba, desarrollando una poderosa red de influencia dentro del territorio estadounidense y en América Latina.