Robo en casa parroquial de Madruga pone en alerta a las iglesias cubanas

“No puedo sentirme seguro”, expresó con preocupación el párroco Kenny Fernández Delgado. (Foto: Kenny Fernández Delgado – YouTube)

El pasado miércoles 8 de noviembre, sobre las 3:00 p.m. se produjo un robo en la casa parroquial de Madruga, una comunidad perteneciente a la provincia de Mayabeque, lo cual pone en alerta a las iglesias cubanas ante la creciente ola de inseguridad que se vive en el país.

De acuerdo con el párroco Kenny Fernández Delgado, el hurto a plena luz del día ocurrió cuando su esposa se encontraba reposando en la habitación de la vivienda asignada por la dirigencia católica.

El recuento de los daños se contabiliza en un faltante de entre 2.000 y 2.500 pesos cubanos (CUP) que se encontraban en la billetera del párroco. Según el testimonio del religioso, el ruido del malhechor forzando una reja -que conecta con el techo de la escuela ‘Luis Ramírez López’, adyacente- lo despertó. A pesar de la proximidad, el párroco no logró ver al delincuente, quien se esfumó rápidamente.

Este incidente no es el primero de su tipo en la casa parroquial. Fernández Delgado recuerda que a finales de septiembre, un robo similar ocurrió mientras el párroco asistía a un encuentro en la iglesia. Los ladrones se llevaron una suma considerable de dinero donado por fieles en Estados Unidos.

Además, en mayo, la Iglesia de San Charbel y Santo Tomás de Villanueva, en Miramar, también fue escenario de un hurto, donde los malhechores se llevaron hasta objetos religiosos con la finalidad de venderlos en el mercado informal.

En respuesta a estos sucesos, el padre Kenny ha hecho un llamado público para identificar al responsable del último robo y solicita asistencia para mejorar las medidas de seguridad en la iglesia, incluyendo la instalación de cámaras y refuerzos en puertas y ventanas. “No puedo sentirme seguro”, expresó con preocupación, al insistir en que los hechos se producen muy frecuentes y ya a los ladrones no les importa que sea a plena luz del día.

“El hermano ladrón no me mató porque no quiso, así que le agradezco al menos haya respetado mi vida. Pero le aseguro que Dios hará justicia”, sostuvo.

Sobre el breve período de 43 días entre cada robo, el líder religioso se preguntó: “¿quién le dijo al ladrón que yo tenía más dinero? ¿Es que piensa que en 43 días entraron miles de dólares y euros? Ojalá hermano, ojalá ¿Acaso crees que me quedó mucho dinero de la última vez? Hermano ladrón, si me hubiera quedado bastante dinero habría puesto rejas y candados por todos lados y cámaras de vigilancia y no pudieras haber entrado o ya estarías filmado. Pero no te preocupes, hermano ladrón. Dios proveerá. Y hará justicia”.