Sandro Castro: el nieto BITONGO de Fidel

Su vida y estilo han sido objeto de debate, pues contrastan fuertemente con la imagen austera y revolucionaria que se asocia con su abuelo, Fidel Castro, otro descarado, que vivía rodeado de lujos y caprichos de millonarios. (Imagen © Periódico Cubano)

Sandro Castro, el niño mimado, ahogado en lujos que todos conocen por sus excesos, es nieto de Fidel Castro por parte de uno de sus hijos con Dalia, su última esposa, Alexis Castro Soto del Valle.

El joven ha ganado notoriedad principalmente a través de las redes sociales, donde ha compartido aspectos de su vida lujosa y ostentosa. Ha publicado fotos y videos que muestran autos deportivos, fiestas y otros ademanes de riqueza, lo cual ha traído controversia, críticas e indignación, dado el contexto de dificultades económicas que enfrenta la mayoría de los cubanos en la Isla.

Su vida y estilo han sido objeto de debate, pues contrastan fuertemente con la imagen austera y revolucionaria que se asocia con su abuelo, Fidel Castro, otro descarado, que vivía rodeado de lujos y caprichos de millonarios.

Las publicaciones de Sandro han sido vistas por los internautas como una muestra de la disparidad y los privilegios de ciertos miembros de la élite en Cuba. Se puede decir, que este zoquete, ha tenido tres momentos claves en las redes, que no han pasado desapercibido.

Primero: Paseando en Mercedes Benz, se vio al joven junto a su novia mostrando los “jugueticos que tenemos en casa”. Este video le “voló los pines” a la familia Castro, y lo llamaron a contar. A través de una publicación en redes sociales, el muchacho salió a decir que el carro no era de él y pidió disculpas, pero sus palabras eran más falsas que la Zafra de los 10 millones inventada por su abuelo.

Segundo: Otro momento cumbre en sus descaros fue cuando celebró en uno de los bares que posee en La Habana, una fiesta de Halloween, una celebración totalmente norteamericana, y que su abuelo la hubiera despreciado si la realiza otra persona, como rechazó cualquier tendencia que llegara de países capitalistas, principalmente de Estados Unidos.

Tercero: Por último, pero no menos importante, su reciente aparición disfrutando en la Hacienda El Patrón, un exclusivo sitio en La Habana de Este, donde el acomodado, a costa del pueblo cubano, disfruta de las mieles, de ser nieto del hombre que acabó con Cuba.

Pero cómo dicen por ahí, “no te mueras pa´que veas cosa”, porque de este tipo de espécimen que el pueblo cubano ha permitido que exista, todavía quedan detalles que demostrará una vez más que hay diferencias notables entre el discurso y la vida.