Seguridad del Estado crea nuevo “centro de monitoreo” para espiar

El Ministerio del Interior dio recursos especiales, fuera de su habitual presupuesto, para potenciar una oficina -que ya existía con fines similares- y crear un “centro de monitoreo” encargado de espiar las opiniones de los cubanos, en especial de periodistas, vertidas en cualquier medio ya sea por llamadas telefónicas o a través de las redes sociales.

El Centro de Monitoreo de la Radio como se ha dado en llamar, pertenece al Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), pero los verdaderos dirigentes de este organismo son agentes de la Seguridad del Estado.

La oficina se encuentra ubicada en el Reparto Koly, justo al lado de la casa de Arnaldo Tamayo Méndez y casi frente al círculo infantil privado Dulce Sueño, propiedad de una de las hijas del general Ulises Rosales del Toro. También está prácticamente a una cuadra de las mansiones de Débora Castro Espín y José Ramón Machado Ventura.

Desde algún tiempo este centro se dedica a labores de espionaje, pero al parecer ahora se dotará de una mejor tecnología para continuar espiando tanto a amigos como enemigos de la “revolución”.

En Cuba no hay dinero para nada, y según los dirigentes la crisis se debe al bloqueo y la pandemia, sin embargo, si hay dinero para espiar. En los últimos tiempos, según facturas que tengo en mi poder, a esta institución le han entregado más de 7 millones de dólares.

Factura con datos del centro de monitoreo. (Captura de pantalla © Juan Juan Almeida – YouTube)

Dentro de esa edificación se archiva información clasificada y donde como plan de trabajo todos los jueves se realiza una reunión con altos mandos de la Seguridad del Estado, para tomar decisiones sobre los datos recabados durante la semana. Entre esos altos mandos se encuentra el general Alejandro Castro Espín, quien oficialmente es asesor de seguridad nacional del gobierno.

Uno de los objetivos principales es vigilar a los lideres libertarios que han surgido dentro de Cuba en los últimos tiempos, sobre todo luego de la profunda crisis económica y la pandemia de salud que azota a la Isla.

Todo el entramado de secretismo está vulnerable, pues hace unos días -acusando falta de discreción y profesionalidad del mundo militar- uno de los choferes de este Centro de Monitoreo, que vive en 26 y 17 en el Vedado, parqueó enfrente de su casa una camioneta blanca modelo Kia Sedona, preparada con todo el equipamiento de espiar, y fue víctima de un robo.

Rápidamente todo se movilizó y los artículos robados ya fueron encontrados, pero el chofer aún permanece preso pues sospechan de su complicidad en el robo.