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Tras 27 años, sale de la cárcel el prisionero político Elías Pérez Bocourt
El reo fue condenado por su supuesta responsabilidad en la muerte de cuatro policías durante los sucesos del Club Náutico de Tarará
El prisionero político cubano Elías Pérez Bocourt fue puesto en libertad por el régimen de La Habana luego de permanecer 27 años encarcelado.
Pérez Bocourt cumplió casi la totalidad de su condena tras ser responsabilizado por su supuesta participación en la muerte de cuatro policías en los sucesos del Club Náutico de Tarará en 1992.
La información fue dada a conocer a la emisora Radio Martí por el sindicalista independiente Iván Hernández Carrillo.
Pérez Bocourt, quien sufrió un accidente de niño que le ocasionó limitaciones mentales, se vio acusado de «cómplice de asesinato y piratería» en un caso donde ejecutaron a otros dos cubanos que supuestamente fueron los responsables de la muerte de los agentes del orden.
El 20 de febrero de 1992 se les aplicó la pena de muerte a Luis Miguel Almeida Pérez, de 24 años, y René Salmerón, de 22.
Los dos jóvenes fusilados quisieron tomar por la fuerza una embarcación marítima de la base naval de Tarará situada al este de La Habana y en un enfrentamiento armado fallecieron los cuatro oficiales mencionados.
Otros implicados en el caso ya fueron liberados tras cumplir sus condenas, son los casos de Pedro de la Rosa con 15 años; Esperanza Atienzo y Miderglis Ponce, sancionadas a diez y cuatro años, respectivamente, y María Mendoza, a diez años. Todos intentaban salir del país en el mismo viaje.
«Pérez Bocourt tiene hoy 50 años de edad, nació el 5 de marzo de 1969. Se pasó toda su juventud en la cárcel. Durante su encierro sufrió muchos actos de vejación», expresó el también exprisionero político Hernández Carrillo.
«Sufrió golpizas, fundamentalmente en Kilo 8, Camagüey (donde estuvo confinado aunque él es de La Habana). En esa prisión lo golpeaban los días en que se conmemoraba la fecha en que él trató de salir del país. Como para que no se le olvidara», añadió.
«Lo mantuvieron ocho años en una celda solo y los guardias ordenaban a presos comunes que le lanzaran excrementos por las rejas», contó.
Durante su estancia en el famoso Combinado del Este de La Habana, donde permanecía desde el año 2000 efectuó varias a donde fue trasladado en 2000, realizó varias protestas, entre ellas una huelga de hambre para que lo reconocieran como preso político.
LUISON
17 julio, 2019 - 1:26 PM at 1:26 PM
Por eso es que a veces no nos toman en serio a los cubanos y por eso no acabamos de convencer al mundo de cuánto sufrimos, porque siempre nuestras crónicas son parcializadas y convenientes para el lado que escribe. Lo de Tarará del 1992, fue un acto protagonizado por asesinos y delincuentes violentos que sin ninguna necesidad y con total alevosía y ensañamiento asesinaron a 4 custodios de esa instalación que ya tenían inmovilizados y desarmados. No fue un acto terrorista, ni una acción «contrarevolucionaria» asociada a alguna causa política como aún sigue tratando de hacer ver el gobierno cubano, quien también osó culpar a la Ley de Ajuste Cubano por estos hechos; pero las penas impuestas a los responsables si fueron un acto de justicia y si se merecían esas penas, aunque condeno y rechazo los maltratos de que fue víctima esta persona durante su reclusión de 27 años y que fue liberada recientemente. Pero lo que no puedo aceptar es como este artículo trata sutilmente de mostrar a este canalla como un inocente infeliz discapacitado que ha sido víctima de una gran injusticia. Este personaje jamás fue un prisionero político, disidente ni ocho cuartos, es un criminal y vulgar cómplice directo y presencial de 4 asesinatos.