Un abakuá es asesinado por otro miembro de la comunidad en La Habana

La víctima estaba feliz en estos días porque había alcanzado un nuevo rango dentro de la religión, el de Obon Iyamba. (Captura de pantalla © Rider Guerra – Facebook)

Usuarios en redes sociales denunciaron el asesinato de un miembro ordenado de los Abakuás a manos de otro ecobio en la comunidad religiosa en La Habana.

La información de la víctima, identificada como Adrián Labrador y conocido como Macaruchi, fue dada a conocer por Rider Guerra, miembro también de la sociedad: “Me acabo de enterar de esta triste noticia, un mismo ecobio acaba de quitarle la vida a Macaruchi. Hasta cuando la falta de respeto de esta religión, mi hermano, amigo y ecobio, descansa en paz”, comentó en Facebook el cubano Rider Guerra.

Entre los usuarios que comentaron la noticia, algunos aseguran que la víctima estaba feliz en estos días porque había alcanzado un nuevo rango dentro de la religión, el de Obon Iyamba (dueño del cuarto de consagración y de Ekue). “Todavía no me lo creo mi hermano, has dejado un vacío incalculable. Te quiero mucho, descansa en paz mi efímero obon iyamba de por vida. EPD mi ecobio, mi hermano y mi vida”, posteó otro internauta en la red social.

¿Qué son los abakuás?

Los abakuás, también conocidos como ñañigos, son una sociedad secreta y tradicional originaria de la zona de Nigeria que tiene una presencia importante en la cultura cubana. Las sociedades secretas abakuás se establecieron en la Isla hacia el 1820, cuando numerosos africanos de origen carabalí o del Calabar de tierra Igbo, fueron traídos por los colonizadores europeos para trabajar en plantaciones de caña de azúcar y otros cultivos.

Los abakuás surgieron como una forma de preservar las tradiciones africanas y con el tiempo encontraron rápidamente adeptos entre los negros, esclavos o no, los mulatos, e incluso algunos blancos de extracción humilde de la Habana y Matanzas en los momentos de mayor hostilidad racial. Los abakuás no solo hallaron un medio apropiado para evadir la represión, sino que conformaron una agrupación mutualista bajo la expresión más desarrollada de su conciencia social, la religiosa.

Conocidos por su hermetismo y la transmisión oral de sus tradiciones, lo que ha llevado a que gran parte de su conocimiento y prácticas se mantengan en secreto y solo sean compartidos con aquellos que han sido iniciados en la sociedad. La membresía en los abakuás es exclusiva y está limitada a hombres, y la entrada en la sociedad implica un proceso de iniciación riguroso y altamente ceremonial.

El elemento más distintivo de los abakuás es su uso de tambores, danzas y rituales en honor a sus deidades y espíritus ancestrales. La música y la danza son fundamentales en las prácticas abakuá y desempeñan un papel importante en la expresión de su identidad cultural. Además, los Abakuás tienen su propio lenguaje secreto llamado “ekpwé,” que se utiliza en sus rituales y ceremonias.

Una de las características más notables de los abakuás es su influencia en la música cubana, especialmente en el desarrollo del ritmo y la percusión. La rumba y otros géneros musicales cubanos han incorporado elementos de la tradición Abakuá, lo que ha contribuido significativamente a la riqueza y diversidad de la música cubana.

A lo largo de los años, los abakuás han enfrentado momentos de persecución y discriminación debido a su naturaleza secreta y sus raíces africanas. Sin embargo, han persistido como una parte importante del tejido cultural de Cuba y han continuado transmitiendo sus tradiciones de generación en generación. A pesar de su hermetismo, los abakuás han influido profundamente en la cultura cubana y han contribuido a la formación de la identidad cultural de la isla.