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Universidad de La Habana analizará el “desacato” de funcionarios que tiraron libros a la basura

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Universidad de La Habana analizará el “desacato” de funcionarios que tiraron libros a la basura

La respuesta oficial se produce 48 horas después de que las imágenes del suceso hayan causado revuelo en las redes sociales

Universidad de La Habana analizará la “irresponsabilidad y desacato” de los funcionarios que tiraron libros a la basura

Universidad de La Habana analizará la “irresponsabilidad y desacato” de los funcionarios que tiraron libros a la basura. (Collage: Judit Díaz Henquén-Facebook)

Los funcionarios “irresponsables” y una franca actitud de “desacato” pagarán las consecuencias de haber tirado libros a la basura en el patio de la Casa de Altos Estudios Don Fernando Ortiz, según un comunicado oficial de la Universidad de La Habana firmado por Eduardo Torres Cuevas, quien se desempeña como director de ese centro.

La reacción oficial se produce a 48 horas de que las imágenes de los libros junto a los escombros hayan causado revuelo en las redes sociales.

Estos libros pudieron tener mejor destino que este ahora mismo en el patio de la «Casa de Altos Estudios Don Fernando Ortiz, de la Universidad de La Habana, L y 27, Vedado, La Habana».

Publicado por Judit Díaz Henquén en Lunes, 17 de mayo de 2021

 

«Estos libros pudieron tener mejor destino que este, ahora mismo en el patio de la Casa de Altos Estudios Don Fernando Ortiz, de la Universidad de La Habana, L y 27, Vedado», dijo Judit Díaz Henquén en Facebook con una imagen de los textos tirados.

Según Torres Cuevas, los textos pertenecen a la Editorial Imagen Contemporánea de la Casa de Altos Estudios Don Fernando Ortiz y culpó del suceso a 2 trabajadores por su comportamiento de “negligencia infinita”. “¿Cómo asumir entonces la negligencia infinita de dos trabajadoras? ¿Cómo explicar lo inexplicable, lo injustificable?”.

De acuerdo con el historiador, lo adecuado hubiese sido realizar un “proceso técnico conocido como descarte, que consiste en la valoración del estado técnico del libro. Dicho trabajo se lleva a cabo por especialistas calificados para ello y bajo normas de protección de obligatorio cumplimiento.

Descartar determinados libros es un acto de preservación de bibliotecas y personas. Por su carácter delicado, está regido por un conjunto de normas y procedimientos y se encuentra debidamente legislado”.

“En este caso, por desconocimiento de todo lo anterior, irresponsabilidad y desacato a las orientaciones que a este respecto tiene establecida la institución, el descarte se llevó a cabo sin ninguna consideración técnica y se mezclaron libros en diferente estado de degradación y, algunos, incluso, totalmente sanos. Ello pudo haber traído consecuencias graves a la salud de los trabajadores que participaron en ese proceso, así como a los futuros lectores. Por supuesto, ya este hecho tuvo su análisis y los responsables responderán acorde al tamaño del daño que han provocado”, sentenció Torres Cuevas.

Algunos de los títulos arrojados a la basura pertenecían al propio Torres Cuevas, que ha publicado en dicha editorial durante los primeros 25 años de vida de la misma. Otro autor tirado a la basura fue el fallecido canciller cubano Raúl Roa, considerado por el régimen como el “canciller de la dignidad”, por su postura irreverente en los organismos internacionales en defensa del comunismo en Cuba.

“Hechos como este nunca deben suceder. Nada nos detendrá en la obra que hemos emprendido; menos aún, las acciones de la barbarie”, afirmó Eduardo Torres Cuevas en la revista oficialista La Jiribilla.

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