Violaciones e impunidad en Cuba: ciudadano alemán es la nueva víctima

Los casos de violaciones y maltratos por parte de las autoridades cubanas son cada vez más frecuentes en la isla. Una historia que pone en evidencia esa realidad, nos la hizo llegar uno de nuestros lectores, Christoph Jensen, un ciudadano alemán que reside en Cuba con su esposa(una cubana) e hijos.

Jensen comienza su relato partiendo del 2017, cuando se mudó con su familia a Media Luna, Bayamo, alentado por la romántica idea de que sus hijos conocieran sus raíces cubanas. Así fue, y durante aproximadamente un año estuvieron instalados en casa de su suegra.

La pesadilla de Jensen y el resto de la familia inició entonces el 29 de septiembre del propio año, cuando la Seguridad del Estado hizo un registro de la vivienda y de otras dos casas que también pertenecían a la familia, derivando de ello que se llevasen presos a dos de los cuñados de este: Idiel y Odeis Torres Ortiz.

En un extenso relato cronológico que este lector nos envió por mail, cuenta que “el Instructor Penal Alexis Javier Villa Abreu ocupó la casa de mi suegra, calle Guillermo Alarcón #51, y dos casas en construcción perteneciendo a mis cuñados. No presentaron orden de registro, y Villa al entrar dijo que tenía autoridad para implementar hasta la pena de muerte”.

“Venían buscando drogas, aparentemente provocado por chismes falsos. Pero nosotros siendo una familia sana e inofensiva, no encontraron ningún delito”, explica.

Tras no hallar prueba alguna, ambos hombres fueron acusados finalmente de enriquecimiento ilícito, ante lo cual una vez más la familia apeló.

“Aunque inmediatamente comprobamos que todo el dinero para las casas provenía de mi propio salario y fue mandado de cuenta a cuenta, mis cuñados seguían presos mientras que la seguridad de estado seguía buscando algún delito.  Por fin se quedaron con el hecho de que mis familiares habían declarado las compras de casas como donaciones.

“A pesar de que pagamos inmediatamente la multa y los impuestos, llevaron a mi suegra al juicio. A pesar de que 98% de los trámites de propiedades en Cuba se hacen por donación, la sentencia fue de tres años de privación de libertad condicional, sin el decomiso de la casa”, cuenta Jensen.

Sin embargo, la historia no queda aquí, según el testimonio, la fiscal en su apelación al juicio insistía en el decomiso de la casa, insinuando que en dichos inmuebles se “cometen actos ilícitos (corrupción de menores, Tráfico de Drogas etc.)”.

El alemán asegura que “esta acusación a pesar de ser falsa, también es ridícula. Si había la menor indicación de estos actos, toda la familia estaría presa y nunca me habían dejado salir de Cuba. La fiscal con esta frase cometía una calumnia con el intento de instigar un decomiso fraudulento”.

Como consecuencia a Jensen se le impuso una prohibición de salida del país y medidas cautelares contra su persona hasta abril de 2018, que entonces pudo regresar a Alemania con su mujer e hijos.

Ante toda esa situación, con la que ninguno de los implicados están conformes, el alemán envió una queja al Consejo de Estado, donde explica con detalles sobre la violación de la que han sido víctimas; no solo por la agresión directa contra los bienes materiales, también hacia sus derechos como ciudadanos.

Por su parte, la apelación de la fiscalía sigue en proceso; Jensen piensa que como se desarrollará en otro tribunal, con jueces ajenos al caso, “ellos tomarán la calumnia como verdad y juzgarán en consecuencia. Aparentemente una fiscal tiene la libertad de insinuar delitos sin fundamento para influir el veredicto. Por eso yo lo llamo el truco de la calumnia”, afirma.

“Mi consejo a todos los cubanos y a todos extranjeros que quieren ayudar a su familia es que no lo hagan en Granma. Las autoridades de Granma usan cualquier truco para confiscar cualquier propiedad que se destaque entre una cabaña de paja”.