MUNDO
Xi Jinping advierte que China nunca renunciará al uso de la fuerza para recuperar Taiwán
El Partido Comunista chino considera que la isla de Taiwán le pertenece y deben recuperarla al igual que hace Rusia con los territorios ucranianos
El presidente chino, Xi Jinping, advirtió a occidente que el Gigante Asiático nunca renunciará al uso de la fuerza para recuperar el control de Taiwán.
La isla está situada al este del territorio continental y desde 1949 es independiente al dominio del Partido Comunista (PCCh), pero los dirigentes chinos siguen considerándola como parte de China.
En un amplio discurso como parte de la celebración del XX Congreso del PCCh, un evento que se realiza cada cinco años, Xi indicó que China se reserva la opción de “tomar todas las medidas necesarias”, especialmente contra la “interferencia de fuerzas externas” en el tema de Taiwán.
“Seguiremos luchando por la reunificación pacífica con la mayor sinceridad y el máximo esfuerzo. Pero nunca prometeremos renunciar al empleo de la fuerza. Y nos reservamos la opción de tomar todas las medidas necesarias”, explicó el poderoso líder chino al frente del país desde el 2012.
Las palabras del dirigente comunista llegan cuando Rusia, con Vladímir Putin a la cabeza, protagonizan desde febrero pasado una invasión a Ucrania para apoderarse del territorio ucraniano que según su criterio le pertenece, pues allí conviven ciudadanos rusos.
Desde el verano pasado se han intensificado las tensiones entre China, Taiwán y Estados Unidos luego de la controvertida visita a la isla de la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi.
EEUU teme que China siga el camino de Putin y se atreva a invadir Taiwán, viendo que las sanciones del mundo occidental hacia Rusia han tenido un efecto limitado sobre la radicalización de las acciones del líder del Kremlin.
Aunque en la práctica Taiwán es un estado independiente, no es reconocido como tal por las Naciones Unidas. Solo contados países le dan reconocimiento diplomático, el resto sucumbe ante la presión de la República Popular China.
El 14 de marzo de 2005 la República Popular China aprobó la Ley Anti-Secesión, que autoriza de forma explícita el uso de la fuerza para recuperar el control de un territorio sublevado, ley hecha “a la medida” para el caso de Taiwán, considerado como un territorio rebelde desde que el comunismo tomó el poder en la zona continental en 1949.