A tan solo una semana de que Murillo esté al frente de Tabacuba y el moho azul ataca los sembrados

La propia restructuración del sistema empresarial cubano ideado por Murrillo involucra más centralización, burocratismo e ineficiencia. (Collage: Granma)

Marino Murillo solo tiene una semana en el cargo de director general de Tabacuba, la empresa estatal que le asignaron luego de su fracasado plan -ideado por diez años- de ordenamiento monetario, y ya una plaga afecta los sembrados de tabaco en Cuba: el moho azul.

Como si una maldición lo persiguiera, el dirigente comunista enfrenta la alerta emitida por el Instituto de Sanidad Vegetal que ve “condiciones favorables” para la proliferación de la plaga que puede comprometer la cosecha, sobre todo en la provincia de Pinar del Río, principal productor de la hoja de tabaco en todo el país.

La recomendación de los especialistas ante este tipo de plaga es “establecer vigilancia en todas las áreas de semillero, con el objetivo de dar solución a tiempo a problemas que puedan existir, alistar los medios de aplicación y toda la logística necesaria para la protección del tabaco, y eliminar los atrasos que puedan existir en cuanto a atenciones agrotécnicas”.

Hasta el momento la empresa Tabacuba no se ha pronunciado sobre el caso, aunque de seguro entre las medidas no faltará la creación de una comisión para analizar el suceso. Bajo el mando de Murillo son frecuentes los “estudios” y “análisis” que demoran una eternidad y no resuelven ningún problema.

La propia restructuración del sistema empresarial cubano ideado por Murrillo involucra más centralización, burocratismo e ineficiencia.

Según fuentes del sector tabacalero en el municipio de Camajuaní, en Villa Clara, que fueron consultadas por Periódico Cubano, cada vez son más lo campesinos que se plantean dejar el cultivo del tabaco, pues las cuentas no dan. El ordenamiento monetario diseñado por Murrillo hace casi imposible la rentabilidad de la cosecha, y la inflación generalizada de la economía atenta contra la contratación de personal que trabaje en el campo.

Ante el moho azul del tabaco, lo recomendable es limpiar las yerbas en canteros, zanjillos, cabeceras y áreas perimetrales; quitar posturas pasadas de tamaño y malas hierbas, que tengan efectos de sombreo y dificulten la cobertura, así como la calidad de los tratamientos; y mantener la atención a los avisos de la Sanidad.

Sin embargo, la fuerza laboral para realizar estas tareas parece diezmada. Murrillo se enfrenta a un problema que él mismo creó con el permiso de las máximas autoridades del país, que ahora le dieron la dirección de Tabacuba, para mantenerlo contento pues el economista sabe mucho de las cuentas financieras del Estado cubano.