Al fin le tocó al Parque Deportivo José Martí

El Parque Deportivo José Martí, en el malecón habanero se beneficia con una reparación mayor después de décadas, así lo hace saber un reporte del oficialista periódico Granma.

El “José Martí” como se le conoce por los capitalinos, hace más de tres décadas empezó en un franco deterioro agravado por las reincidentes penetraciones del mar, que al tumbar su muro circundante lo dejaron expuesto a todo tipo de vandalismo.

El sitio durante su decadencia, se convirtió en local de ensayo al aire libre de incipientes músicos, en zona de tolerancia sexual, en dormitorio para personas sin techos y también para dar la imagen de decadencia de Cuba, por parte de fotógrafos foráneos y corresponsales de prensa extranjeros.

También estas instalaciones llenaron de luto a familias cubanas, resultado de accidentes ocurridos en áreas de la piscina y la zona de las gradas; mucha historia hay detrás de esta instalación deportiva, a la que por fin le ha llegado su momento.

Para este redactor, que conoció esta instalación en 1970 cuando estaba en pleno esplendor nunca olvidará la brisa del mar que llega a sus instalaciones, cuando como parte de las pruebas que debía realizar para iniciar sus estudios en el Instituto de Cultura Física “Comandante Manuel Fajardo”, estaba el darle 10 vueltas a la pista, que en franca batalla contra el cansancio, debía luchar contra esa brisa del mar que casi lo detenía al entrar en la curva de los 200 metros, por lo que no hay mejor noticia que al fin le tocó al Parque Martí, esperemos que ahora sí lleguen hasta el final.

Sobre su historia agrega la nota, que fue Inaugurado en los años 40, y posteriormente remodelado en 1960 por el arquitecto cubano Octavio Buigas, en aquel entonces, contaba con gimnasio, piscina, estadio, parqueo, área infantil, un tabloncillo para baloncesto y vóleibol, este último con gradas para más de 1.000 espectadores.

El estadio, desde donde se podían disfrutar las competencias deportivas, contaba con unas gradas para 3.150 espectadores, provistas de una cubierta ligera en forma de bóveda que llegó a ser parte del rostro que identificaba la capital cubana.

En 1991 se le realizaron reparaciones parciales con motivo de los Juegos Panamericanos, cuando la Habana fue sede y se realizaron allí algunas disciplinas, fundamentalmente en el área del tabloncillo.

En el 2000, el deterioro llegó a ser tan profundo y extendido que las autoridades determinaron cerrar la instalación. Un dictamen decretó que la instalación constituía un peligro para la vida.

Después de 16 años, en el 2016, se inicia la recuperación de algunas de las áreas como las canchas y los terrenos de balonmano, vóleibol y baloncesto al aire libre.

Llega el 2017 y al parecer, las reparaciones apuntan a ir más allá, se demolerán las emblemáticas cubiertas del estadio, y los vestidores para atletas, los baños y la cafetería que se ubican debajo serán completamente remozados.

Los responsables de la obra han declarado a medios oficiales, que una de las primeras acciones a acometer será levantar de nuevo las cercas perimetrales, con una nueva estructura, que contempla materiales más resistentes a la corrosión y que ofrecen una menor resistencia al eventual embate de las olas del mar.

Sólo cuando el terreno esté protegido se empezará a remodelar la pista y el área de saltos. Las piscinas y el tanque de clavados tendrán que esperar el 2018.

Redacción PC