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Almacén cubano Fin de Siglo se convierte en un basurero
«El comercio Fin de Siglo fue uno de los más emblemáticos en toda Cuba. Hoy solo alberga bolsas de basura y montañas de escombro»
Uno de los almacenes más emblemáticos de toda Cuba se ha convertido en un basurero solapado en el mismo corazón de La Habana. El afamado Fin de Siglo ha visto pasar sus días de gloria y ahora tan solo abriga a roedores y toneladas de basura que amenaza su integridad arquitectónica.
Las instalaciones del emblemático centro, otrora una de las tiendas más famosas de toda Cuba, se ven ahora llenas de cajas, bolsas, botellas y una infinidad de productos más. Pero no son artículos a la venta, no. Si no de montañas de basura que las autoridades de la capital han decidido esconder tras vallas y lomas de escombros.
Cuando se empezaron a poner las primeras chapas de metal, muchos tuvieron la idílica esperanza de que Fin de Siglo volvería a vivir sus días de esplendor. O mejor aún, que iba a ser rescatado para habilitarlo como posibles apartamentos que aliviaran la pésima situación de la vivienda en la capital cubana.
Sin embargo, se trataba solamente de la manera más fácil encontrada por el Gobierno, para esconder el avanzado deterioro del histórico inmueble.
Únicamente la pared que se encuentra hacia la famosa calle San Rafael tuvo un poco de “colorete”, pues recibió unas manos de pintura que intentaba ocultar lo inevitable.
Y es que, en la memoria de no pocos cubanos, figura este emblemático comercio ubicado en las calles San Rafael y Galiano y fundado en 1897. Más de una pareja de recién casados acudió a sus departamentos en busca del ajuar para su nuevo hogar, ropa, zapatos y un sin fin de misceláneas.
En sus vitrinas se exhibían esbeltos maniquíes vistiendo las últimas tendencias de la moda y en sus departamentos especializados en moda femenina, masculina y para niños, se podían encontrar desde joyas, libros y hasta sombreros.
Tras la nacionalización de la tienda en 1960, los productos empezaron a desaparecer uno tras otro de sus estantes y todas las estructuras empezaron a sufrir el deterioro del comunismo
Cuando en 1961 el Encanto, rival comercial de Fin de Siglo, sufrió un lamentable incendio, la tienda fundada por Joaquín Sisto y Amado Gabriel, pasó a ser el principal centro comercial del país, con sucursales en algunas provincias del interior.
Pero nada queda de aquella antigua gloria. Hoy los vecinos de los alrededores encestan sus bolsas de basura a través de las aberturas de la fachada cubierta con latones. El óxido, la mugre y la desidia han instaurado su hogar allí y los roedores pululan a su antojo, convirtiendo el antiguo comercio en un foco insalubre.
Una triste parodia de lo que más de 60 años de régimen le han hecho no solo a las instituciones sino a todo un país.