Anciana de 85 años con demencia se encuentra extraviada en La Habana

Nila Mercedes podría estar en situación de peligro debido a su enfermedad mental. (Foto: Yo Sí Te Creo en Cuba – Facebook)

Una anciana cubana, identificada con el nombre de Nila Mercedes Hernández López, de 85 años, es buscada con desesperación por parte de su familia tras desaparecer el pasado miércoles, informó la plataforma Yo Sí Te Creo en Cuba.

La mujer de la tercera edad fue vista por última vez en su hogar, ubicado en Malecón, entre E y F, Edificio Girón, en El Vedado, Plaza de la Revolución, La Habana. La señora se extravió en circunstancias preocupantes, ya que no suele alejarse de su casa.

Es importante tener en cuenta que esta mujer presenta síntomas de demencia. Al momento de su desaparición llevaba una camiseta amarilla y una licra carmelita. No tenía consigo un teléfono celular ni documentos personales que pudieran ayudar a su identificación.

La familia de Nila Mercedes tomó medidas inmediatas y presentó una denuncia ante la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) en la unidad ubicada en Zapata y C. Sin embargo, hasta el momento, no se ha obtenido información sobre su paradero.

La angustia de la familia se agrava debido a la condición médica de Nila Mercedes. Cualquier información, por mínima que sea, puede ser crucial para su búsqueda y seguridad.

Si usted ha visto a Hernández López o tiene alguna información que pueda ayudar en su localización, le instamos a que se comunique de inmediato con su hijo, Alexander, al número de teléfono 52 43 34 77.

La inquietud por la seguridad de Nila Mercedes se intensifica debido a su condición de persona de la tercera edad, un grupo particularmente vulnerable ante la delincuencia y violencia que impera en la Isla. La incertidumbre sobre su paradero plantea temores de que pueda haber sido víctima de un acto criminal.

Existe una creciente preocupación ante la ausencia de medidas proactivas para fortalecer los protocolos de búsqueda de personas desaparecidas por parte de las autoridades.

La política de esperar 72 horas antes de iniciar la búsqueda de una persona extraviada, especialmente en un contexto donde cada minuto es fundamental, genera alarma. Este procedimiento estándar pone en riesgo la seguridad de los sectores más vulnerables de la sociedad, como niños, ancianos y personas con condiciones de salud que requieren atención inmediata.