Anciana sin hogar es reprendida en La Habana por mostrar el cartel “No tengo comida”

La mujer viajó de Holguín a La Habana en búsqueda de una mejor oportunidad, pero sigue en la misma situación. (Captura de pantalla © CubaNet)

Una anciana paciente de sida y en condición de calle fue víctima de una prohibición injusta cuando se encontraba en un parque ubicado en Ayestarán y 20 de Mayo, en La Habana, informó CubaNet.

La mujer, cuya identidad se mantuvo en el anonimato, fue reprendida por las autoridades por exhibir carteles que decían “No tengo comida” y “Vivo en la calle”. En lugar de ofrecerle ayuda para conseguir alimento y un lugar seguro, los agentes la obligaron a guardar los anuncios y también le exigieron que se fuera del parque lo más pronto posible.

“Yo vivo en la calle y voy a cumplir 18 años con sida”, declaró la afectada en una entrevista con un colaborador del medio independiente. La mujer, procedente de Holguín, reveló que en esta provincia le quitaron la chequera y le negaron acceso a los módulos de alimentación, dejándola en una situación de total desamparo.

Según datos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), entre 2014 y 2023 se registraron 3.690 personas en situación de calle en la Isla. Sin embargo, este número probablemente subestima la verdadera magnitud del problema, ya que no incluye a aquellos que buscan comida en los basureros o piden limosna en la vía pública.

Funcionarios cubanos reconocen que la falta de atención de la familia es una de las principales causas del desamparo de estas personas. Sin embargo, se hace caso omiso del impacto de la inflación, el desabastecimiento y las políticas económicas fallidas del gobierno, que han exacerbado la situación de vulnerabilidad de los más necesitados.

Yurisdaisy Bustamante Pérez, subdirectora de Trabajo Social del Centro para la Atención a Personas Deambulantes de La Habana, ha señalado un aumento en el número de personas en esta situación en los últimos meses.

A pesar de la existencia de nueve Centros para la Atención a Personas con Conducta Deambulante en el país, estos no son suficientes para abordar de manera adecuada el problema en su totalidad.

Según información proporcionada por medios estatales, estos centros no ofrecen estancias prolongadas, lo que plantea dudas sobre su eficacia. Aunque se supone que en estos lugares se proporcionan servicios básicos como alojamiento, vestimenta, alimentación y atención médica a cargo de un equipo multidisciplinario, la brevedad de las estancias podría limitar su impacto real.

Resulta paradójico que en un país donde las denuncias sobre la escasez y la baja calidad de la comida en los hospitales son frecuentes, aquellos que logran ingresar a estos centros podrían considerarse afortunados por recibir al menos una atención básica en términos de alimentación y cuidado médico.