Apagones por más de 1.300 MW provocan desespero entre los cubanos

La situación energética en Cuba ha generado un profundo descontento entre la población, que se refleja en una serie de opiniones críticas compartidas en redes sociales. (Foto © Periódico Cubano)

La Unión Eléctrica (UNE) pronostica para el jueves 22 de agosto la mayor afectación del actual verano 2024. En el horario pico habrá apagones masivos, pues existirá un déficit de generación de más de 1.300 MW.

La tensa situación comenzó desde la madrugada, ya que al filo de las 07:00 horas había 600 MW de déficit. Se prevé que el panorama empeore durante el día, con una afectación máxima de 950 MW en horario de mediodía. La crisis se agrava por la avería de varias unidades de generación clave, incluyendo la unidad 5 de la CTE Mariel y las unidades 1 y 3 de la CTE Santa Cruz, entre otras.

La UNE ha advertido que las limitaciones en la generación térmica ascienden a 357 MW, y 36 centrales de generación distribuida se encuentran fuera de servicio debido a la falta de combustible, lo que añade otros 183 MW a la afectación total.

Para el pico de la demanda en horas de la noche, se estima una disponibilidad total de solo 2.115 MW frente a una demanda esperada de 3.350 MW, por lo tanto, de mantenerse estas condiciones, se espera una afectación máxima de 1.305 MW, lo que continuará causando serios trastornos en la vida cotidiana de los cubanos.

Las autoridades de la UNE, junto con el Ministerio de Energía y Minas, prometieron que el jueves sería lo peor, pues para el fin de semana se espera el restablecimiento de la CTE Felton y la CTE Carlos Manuel de Céspedes. Sin embargo, al igual que en infinidad de ocasiones, los comunistas no cumplen con sus promesas, por lo cual los antillanos han perdido las esperanzas.

La situación energética en Cuba ha generado un profundo descontento entre la población, que se refleja en una serie de opiniones críticas compartidas en redes sociales y otros medios. Los ciudadanos expresan su frustración ante los apagones constantes y la falta de soluciones efectivas por parte del gobierno.

Ernesto Alonso plantea una postura radical, sugiriendo que el país debería paralizarse como forma de protesta. Critica la falta de necesidades básicas y teme que las condiciones insalubres provoquen una crisis sanitaria. Por su parte, Yuniet Carmona Águila cuestiona hasta cuándo el pueblo seguirá soportando estas condiciones y llama a reclamar la igualdad que considera ausente en el sistema actual.

Pedro Pablo Urgellés critica la falta de transparencia y sinceridad en la gestión del Ministro y del Director General de la Empresa Eléctrica, describiendo su manejo como un “sensacionalismo” que solo busca justificar los apagones. José Antonio González Marrero describe la situación como “horrible”, señalando el incremento de mosquitos y la coincidencia sospechosa de averías en varias plantas al mismo tiempo.

Idania Ramírez Rodríguez expresa desesperación ante la incertidumbre diaria y cuestiona cuándo los esfuerzos anunciados por las autoridades se traducirán en resultados tangibles. Daniel Gil Pazo denuncia el impacto desigual de los apagones, sugiriendo que La Habana también debería verse afectada para que la situación sea tomada en serio.

Finalmente, Elisber HL describe el sufrimiento de las familias que pasan noches sin electricidad, lidiando con el calor, los mosquitos y la pérdida de alimentos. Exige la renuncia de los responsables si no son capaces de resolver la crisis.