Arrestan en New York a un cubano que se hacía pasar por taxista para secuestrar migrantes

Un cubano de 70 años hay sido condenado en New York por hacerse pasar por taxista para secuestrar inmigrantes centroamericanos, como parte de una banda criminal que luego pedía rescates por cada víctima.

Según reseñó la cadena Univisión, Francisco Betancourt fue sentenciado a 14 años de cárcel. El cubano tenía un extenso historial delictivo que incluía posesión de drogas, robos, allanamiento de morada y agresión en Florida y New York.

Una de sus víctimas fue una madre hondureña que  buscaba llegar con su hermana quien vivía en Connecticut. La mujer logró ingresar a EEUU en 2016, obteniendo el asilo político junto a sus dos hijos menores.

El 11 de septiembre de 2016 la hondureña salió con sus hijos de Texas hacia casa de su hermana, deteniéndose en Nueva York alrededor de las 16:00 horas. La mujer no sabía dónde estaba la parada de su siguiente autobús y ahí fue que se encontró con el cubano.

“¿A dónde van?”, les preguntó el criminal, tomando los boletos de autobús que tenía esta familia.

Sin embargo, la hondureña confió en él luego de que le dijo que no había autobuses a Connecticut en esa estación, por lo que los condujo a una estación del metro.

El cubano aprovechó para pedirle el teléfono de su hermana y la llamó diciéndole que sus familiares habían perdido el autobús porque no llegaron a la ciudad de New York, sino a Albany, en el norte del estado.

Tras la llamada, el anciano llevó a la hondureña con sus hijos hasta Brooklyn, donde les presentó a su cómplice, Carlos Antonio Hernández, un dominicano con ciudadanía estadounidense de 56 años, quien le pidió a la mujer que subiera a su camioneta SUV, asegurando que era un taxista legítimo.

De acuerdo al citado medio, en algún punto del recorrido, la hondureña le pidió que los dejara bajar del vehículo, pero Hernández le pidió sus documentos migratorios y se los quedó.

Condujeron por kilómetros y la mujer pedía que la dejaran bajar en cada gasolinera que se detenían.

Hernández llamó a la hermana de su víctima para pedirle un rescate y dejó a ambas mujeres hablar brevemente por teléfono hasta que el delincuente le arrebató el celular.

Tras una larga negociación, el falso taxista aceptó encontrarse con la hermana en un lugar y le cobró 900 dólares “por el viaje” y para presionarla, se encerró en su camioneta con uno de los niños, de seis años.

Al final le dieron 700 dólares para que les devolviera al menor, pero Hernández después les pidió 2,000 dólares por entregarles los documentos migratorios de la hondureña y sus hijos.

Las mujeres negociaron con él y al final el extorsionador aceptó recibir 100 dólares más para devolverlos.

El caso fue investigado por el FBI, quien logró capturar al anciano cubano y a sus cómplices gracias a una fuerte investigación.