Aumentan los jubilados en Cuba, pero no la población en edad laboral

La baja tasa de natalidad en Cuba podría comenzar a afectar la productividad del país en los próximos años, debido al alto índice de ancianidad.

La crisis poblacional de la Isla, prevista para manifestarse en 2024, se percibió desde 2020, cuando la tasa de natalidad de solo 105.000 nacimientos, fue menor que la de fallecidos, con 111.000 decesos.

De acuerdo con un reporte de Diario de Cuba, esto indica que la población de la Isla ya se está reduciendo y si a eso se le suman los sectores que por diversas razones ajenas a la edad no pueden “producir”, como personas con discapacidad o enfermedades, tenemos una población laboral aún menor.

Esto también se ve afectado en gran medida por la migración, pues independientemente de a dónde logren llegar, son entre 40,000 y 44,000 los cubanos que cada año abandonan la Isla en busca de mejores oportunidades.

La gran mayoría de estos migrantes son jóvenes en edad laboral, según el Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana (CEDEM).

Contando todo lo anterior, podría concluirse que la población cubana se reduce anualmente en un promedio de 50,000 habitantes que no son “renovados” con nacimientos.

En ese sentido, habría que considerar también el tiempo, pues mientras pasan los años para que los bebés crezcan y se vuelvan adultos productivos, más gente sigue muriendo o emigrando en Cuba, con lo que el ritmo de disminución sigue siendo mayor que el de “reemplazo” de personal laborando.

Según el citado medio, de continuar con este ritmo de decrecimiento, en 2099 Cuba podría llegar a tener solo 4.5 millones de habitantes.

Aunque el régimen ha buscado justificar la baja tasa de natalidad señalando que esto es característico de los países avanzados, la realidad es que los cubanos prefieren no tener hijos por los niveles de pobreza extrema y escasez en los que viven.

Ciudadanos han revelado que prefieren no “traerlos” a padecer las mismas carencias que ellos. No logran cubrir ni siquiera sus propias necesidades, por lo que menos podrán costear las de alguien más. Ellos albergan la esperanza de salir de Cuba para poder tener familia.

No obstante, esto para el gobierno representa la pérdida de su fuerza laboral, a pesar de lo cual no toma medidas para incentivar a los cubanos a permanecer en el país, o para que continúen trabajando.

Si bien muchos cubanos cuentan con empleos que resultan productivos para el régimen, en empresas estatales, el campo, o incluso en el cuentapropismo regulado, también hay varios que tienen negocios externos o independientes, que no le refieren al gobierno ninguna ganancia.

Aunque el panorama para que Cuba se quede sin fuerza laboral todavía se encuentra lejano, de continuar con su método de gobierno y su sistema económico, se verán las consecuencias en las próximas décadas.