Autoridades reconocen que eliminar la dualidad monetaria tiene una complejidad “muy grande”

Lázaro Toirac, un asesor del Ministerio de Economía y Planificación (MEP), fue entrevistado por la prensa oficialista para hablar sobre el tema de la dualidad monetaria y cambiaria, el funcionario reconoció que “la complejidad de la tarea, es muy grande”.

Un extenso artículo del sitio Cubadebate se vuelve a tocar el tema sin aportar soluciones, pero la insistencia sobre el asunto en los últimos días, tanto en los medios digitales como la prensa plana del Estado hace presagiar que alguna ley podría llegar pronto desde las más altas esferas del Gobierno.

Autoridades reconocen que eliminar la dualidad monetaria tiene una complejidad “muy grande”. (Foto: Periódico Cubano)

El especialista financiero reiteró que ante la actual crisis que vive Cuba acrecentada por la pandemia sanitaria “se hace más necesario que nunca tener eficiencia, que se logra si hay transparencia y coherencia” y para ello se hace imprescindible poner fin a la dualidad monetaria y, sobre todo, a la cambiaria que es diferente tanto para el sector empresarial como para la población.

Pero si todos están de acuerdo en la imperiosa necesidad, ¿cuándo lo harán? ¿esperan un momento óptimo?

Según revela Toirac “bajo las actuales condiciones la unificación supone un reto; sin embargo, no podemos seguir avanzando en este mundo tan complejo con instrumentos obsoletos”.

“Muchas son las dificultades que provoca esa dualidad de circuitos. Y la confusión comienza a la hora de medir los costos reales de la actividad empresarial, teniendo registros económicos poco confiables”, dice el asesor del MEP.

El asunto radica en el costo político de la decisión de eliminar esa dualidad cambiaria. Mientras a nivel empresarial se opera con la tasa de 1 CUC= 1 CUP= 1 USD en el sector poblacional está 25 CUP =1 CUC = 1 USD. Lo lógico es acercar el cambio empresarial al de la población, pero eso supondría la quiebra para unas cuantas empresas estatales que se camuflan bajo el actual sistema cambiario. El costo político sería grande pues miles de personas quedarían desempleadas.

Además, ello haría que aquellas empresas que queden en pie tengan que elevar el costo final de sus producciones y los servicios que prestan. El dinero, que de por si ya es escaso en el bolsillo de un cubano, entonces no alcanzaría para casi nada.

La inflación, ese fenómeno caracterizado por un incremento generalizado de los precios, sería galopante aun si el Gobierno optara por subir los salarios.

Sin embargo, es sabido que la tasa de cambio de 1×1 “desestimula la exportación, que de por sí requiere esfuerzos adicionales, pues hay que estudiar el mercado y tener una eficiente logística”. Esto conduce a que los únicos productos que exporte Cuba siempre sean los mismos: ron, tabaco, y azúcar; en muchos casos con la ayuda de capital extranjero.

Queda por ver que se está “cocinando” en las más altas esferas del Gobierno cubano, pero de seguro algo vendrá en las próximas semanas, pues como es costumbre a una decisión de alto impacto han echado a andar la maquinaria de propaganda para preparar el terreno.