«Avísenme y toco las campanas», asegura un sacerdote como apoyo a las manifestaciones en Camagüey

Un sacerdote cubano identificado como Alberto Reyes Pías, hizo público el anuncio de que está dispuesto a colaborar con las manifestaciones pacíficas que se convoquen en Esmeralda, municipio de Camagüey.

El párroco aseguró que, si lo notifican, tocará las campanas del templo en señal de apoyo a quienes salgan a las calles a manifestarse contra los apagones que azotan sin piedad a esa localidad camagüeyana.

“Teniendo en cuenta la inaceptable falta de electricidad en Esmeralda, si alguien va a convocar una protesta pacífica, avíseme para tocar las campanas de la Iglesia”, pidió en Facebook el sacerdote.

Tras el paso del huracán Ian por el occidente del país, la situación con el fluido eléctrico, que ya era complicada, se ha vuelto insostenible en muchos lugares del interior del país, fundamentalmente.

De tal suerte que uno de los comentarios a la publicación de Reyes asegura: “En Florida estamos igual a veces, pienso que en cualquier momento la quitan y no la pondrán más, es insoportable vivir en Cuba”, refiere la internauta.

Por tal motivo, durante meses el pueblo ha salido a las calles a manifestarse contra el régimen, que no busca vías alternativas para solucionar este problema, pero siguen abriendo nuevos hoteles para un turismo que no llega.

En tal sentido, el padre Reyes se ha convertido en una de las figuras dentro de la Iglesia cubana que más fuerte ha arremetido contra el régimen antillano. De hecho, a finales de octubre ya se había pronunciado, asegurando que en la Mayor de las Antillas “el problema no es la comida, ni la electricidad, ni la vida convertida en supervivencia, sino la urgencia de recuperar nuestra libertad”.

Por ese entonces, el sacerdote establecía un paralelismo entre Cuba y “una mujer maltratada” por la dictadura imperante en las últimas seis décadas. Según refirió el ungido, la Patria “primero fue seducida, atraída con promesas hermosas, y convencida de que todo lo que se hacía era por ella y para ella”.

Sin embargo, y tal como sucede en las relaciones de violencia, por “ese supuesto amor, ella debía entregarse por entero, confiada y ciegamente, y luchar, renunciando a todo, para que pudiera hacerse realidad el sueño hermoso con el que la convencieron”.

Solo para descubrir que “todo era mentira”, refiere el hombre de fe, quien asevera que “el país nunca importó” y “fue simplemente un instrumento. Nunca fue amada, y nunca lo será por aquellos que todavía intentan seducirla”, agregó Reyes.

“Este proceso, o Revolución, o como quiera llamarse, ya no tiene nada que ofrecer a este pueblo, y es hora sobrada de que lo entendamos”, sentenció el sacerdote, quien es nativo de Camagüey y, por lo tanto, ha conocido durante toda su vida lo que es vivir bajo la garra del castrismo.

“La vida no va a ser mejor, las leyes no van a defender la justicia, las voces que reclaman libertad no serán escuchadas, y cuando, cansados, salgamos a las calles una y otra vez, seremos reprimidos, golpeados, encarcelados”, profetizó el padre Alberto.