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Bancos cubanos alertan de fraudes en Transfermóvil y Enzona
La finalidad del timador es solicitar información personal o bancaria, como números de tarjeta, claves de acceso o incluso contraseñas

La finalidad del timador es solicitar información personal o bancaria, como números de tarjeta, claves de acceso o incluso contraseñas. (Captura de pantalla © Canal Caribe – YouTube)
Recientes fraudes a cubanos que operan en las plataformas estatales Transfermóvil y Enzona ha provocado la alarma entre los bancos oficiales que emiten las tarjetas magnéticas. Las entidades generaron un aviso urgente para que sus clientes estén alertas y eviten perder su dinero.
Según un artículo publicado en el portal oficialista Cubadebate, en los últimos días, se ha detectado un individuo que suplantó la identidad de administradores de Transfermóvil y Enzona, además de diversas instituciones bancarias cubanas.
El fraude se lleva a cabo cuando el individuo contacta directamente a los clientes que solicitan ayuda. Utilizando imágenes de los logos oficiales y nombres de usuario como “ayudatm” o “ayudaenzona”, el estafador busca generar confianza en las víctimas. Para dar mayor apariencia de legitimidad, este sujeto ha creado un grupo propio desde el cual se comunica con los usuarios.
La finalidad del timador es solicitar información personal o bancaria, como números de tarjeta, claves de acceso o incluso contraseñas. Este es un paso crucial del fraude, ya que con estos datos puede acceder a las cuentas del usuario y realizar transacciones donde le vacía las cuentas bancarias a las personas.
A pesar de haber sido expulsado en varias ocasiones de grupos y canales oficiales, el estafador sigue ingresando con nuevos nombres de usuario, lo que representa un riesgo constante para la seguridad de los clientes.
Los bancos cubanos han recordado a sus clientes que los administradores de los servicios financieros no realizan contactos por mensajes privados, a excepción de situaciones excepcionales debidamente justificadas. En estos casos, el proceso de identificación previa es necesario para garantizar la autenticidad de la comunicación.
Para evitar confusiones, los bancos han divulgado los canales y grupos oficiales de las entidades financieras y servicios asociados. Se recomienda a los usuarios compartir esta información con familiares y amigos para garantizar una comunicación segura y confiable.
Canales y grupos oficiales de los bancos cubanos
- Banco Metropolitano: Canal: @banmetcuba, Grupo: @banmetcubachat
- Banco BANDEC: Canal: @bandec97, Grupo: @bandecenlinea
- Banco BPA: Canal: @bpacuba (No tiene grupo oficial)
- Banco Central de Cuba: Canal: @bancocentral_1997 (No tiene grupo oficial)
Canales y grupos no oficiales, pero con reconocimiento
- Transfermóvil: Canal: @TransfermovilCuba, Grupo: @TransfermovilSoporte
- EnZona: Canal: @EnZonaBX (Acceso al grupo a través del canal)
Es importante resaltar que, aunque los canales y grupos de Transfermóvil y Enzona no son oficiales, estos administradores han trabajado responsablemente durante más de cinco años, brindando soporte técnico y facilitando la resolución de problemas. Además, han sido el medio a través del cual los usuarios han podido transmitir sugerencias y reportar errores a los desarrolladores de las aplicaciones.
Bancos cubanos no se hacen responsables de los robos ni ayudan a los afectados
La falta de responsabilidad y acción por parte de los bancos cubanos frente al fraude digital que afecta a sus clientes es una clara muestra de la ineficacia y la indiferencia ante los problemas que enfrentan los usuarios.
A pesar de que existe evidencia y trazabilidad de las operaciones fraudulentas, los bancos no asumen su responsabilidad en la protección de los fondos de sus clientes ni se comprometen a ayudar a los afectados a recuperar el dinero perdido.
La inacción de los bancos ante estos casos de fraude es desconcertante. Solo se limitan a emitir alertas sin tomar medidas efectivas para proteger a sus clientes, quienes no tienen opción para guardar su dinero pues en Cuba no hay bancos privados. Mientras tanto, los afectados quedan desamparados, enfrentándose a un sistema que parece más preocupado por su imagen que por garantizar la protección de los recursos de los usuarios.
