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Barcos hundidos en Cuba: lugares para bucear y snorkel
Las cavernas en los barcos hundidos son habitadas por disímiles especies

El buceo y el snorkel en barcos hundidos cada vez ganan más notoriedad entre los hobbies y actividades turísticas. (Captura de pantalla © Enrique González Santaballa – YouTube)
Mareas leves, cálidas aguas, pocas corrientes, atractivos paisajes marinos, barreras y arrecifes de coral…, muchas son las razones para bucear en Cuba; sin embargo, cada vez están ganando más notoriedad entre los hobbies y actividades turísticas las excursiones rumbo a barcos hundidos.
El buceo específico hasta zonas de ruinas de barcos tiene un encanto especial. Esos restos cuentan la historia de su época, permiten convertirse en arqueólogo y comprender quién fue su tripulación y por qué se hundió. Momentos antes de la inmersión, se narra la historia de los naufragios, algunos acecidos en el pasado siglo. Aún más fascinante resulta ver la simbiosis, en el lecho marino, de la flora y fauna con los restos de buques. Las cavernas en los barcos hundidos son habitadas por disímiles especies.

El buceo específico hasta zonas de ruinas de barcos tiene un encanto especial. (Captura de pantalla © Enrique Gonzalez Santaballa – YouTube)
En varias webs dedicadas a viajes, ocio y turismo es posible ver que se han establecido, en todas las aguas de Cuba, rutas submarinas en las que es posible apreciar los restos, alimentar a los peces que allí habitan y practicar la fotografía subacuática. Estos son algunos de los más conocidos:
La Habana
Sánchez Barcástegui: a 25 metros de profundidad se halla el que fuera un barco acorazado español hundido en 1895 luego de que colisionara con otro buque. Sus restos acogen grandes concentraciones de peces –cardúmenes– de sábalos, róbalos y meros.
Comodoro: este barco pesquero, situado a una profundidad de 24 metros, fue hundido con toda intención con la finalidad de convertirlo en arrecife artificial.
City of Alexandria: la nave usualmente se usaba para la transportación de pasajeros y carga entre Nueva York y La Habana. En el año 1879 zarpó de los astilleros de Chester, Pensilvania, cargada de aguardiente y sufrió un incendio debido a unas dinamitas ocultas. Sus restos se encuentran a unos 12 metros, aunque en ciertos momentos, debido a la transparencia de las aguas, pueden ser apreciados desde la superficie.
Varadero (Matanzas)
Caribe: a solo 10 metros de profundidad se hallan los restos de este antiguo barco mercante alemán, hundido en 1943. Es refugio apacible, posee una fauna muy variada, pero resaltan las morenas verdes de hasta 2 metros de largo.
Parque Marino de Cayo Piedras del Norte: Permite el buceo a profundidades variadas al contar con buques hundidos como La Ciudadela (petrolero a 30 metros), el barco Morenas, (vapor que se hundió en 1940 a 9 metros).

Las cavernas en los barcos hundidos son habitadas por disímiles especies. (Captura de pantalla © Enrique González Santaballa – YouTube)
Santa Lucía, Camagüey
Nuestra Señora Virgen de Altagracia Profundidad: el que fuera un barco remolcador de acero de principios del siglo XX, se conserva en perfecto estado. Se sitúa a 27 metros de profundidad y próximo a una pared que lo separa de caer a una zona mucho más profunda.
Santiago de Cuba
Guarico: hundido a 15 metros de profundidad, en la estructura de este barco se han instalado poblaciones de peces, entre los grandes aguajises a los cuales es posible alimentar con la mano de los buzos.
Spring Carol: corales y peces como aguajires, loros y otros, han hecho suyo los restos, casi intactos, de este barco hundido a 25 metros de profundidad.
