Bodeguero cubano vende todos los mandados de una bodega para irse del país

Los afectados siguen esperando una respuesta por parte de las autoridades de Comercio Interior de la Isla. (Foto ilustrativa: Periódico Cubano)

Un viejo tema de la popular Orquesta Aragón, muy conocida en Cuba, rezaba: “Bodeguero, ¿Qué sucede?”, y esa misma pregunta se han hecho varios antillanos al quedarse sin los “mandados”, porque el vendedor de una bodega habanera vendió todo en el mercado informal y se fue del país.

La denuncia sería hecha por una usuaria en redes sociales, quien también fue víctima del timo y ha sido identificada en Facebook como Ana Ivis Galán García.

Según la mujer, cuya bodega se encuentra enclavada en el reparto Sevillano, ubicado en La Habana, en el mes de octubre un trabajador del local se hizo con todos los productos destinados a la distribución normada de la canasta básica, para venderlos y reunir el dinero con el que se fue de la Isla.

Casi dos meses después, las autoridades de comercio empezaron el lento reabastecer de los “mandados”, los cuales reubicaron en otro establecimiento, mientras se “investigaban” los hechos ocurridos.

Sin embargo, y tras todo ese tiempo de espera, Galán García refiere que, al ir a comprar, su libreta no se encontraba circulada como una de las afectadas en el desfalco cometido por el astuto bodeguero

“Luego de exigir y exigir, el compañero que ayudaba al atento bodeguero, con su frescura en la cara, nos dice que no puede despacharnos porque él mismo fue a la bodega, hizo el censo de las libretas ‘afectadas’ y la nuestra no aparece”, se quejó la antillana en su publicación.

Al hacer el reclamo correspondiente en el punto del Sevillano, la nueva empleada le dice que desconoce el asunto y que no le puede ayudar, por lo que Ana Ivis se ha quedado sin “tomar chocolate”, parafraseando una vez el tema de la Aragón.

“Finalmente, nadie tuvo una respuesta. Le dejé la libreta a una vecina, quien me aseguró que sí, que ella había dado el número de la libreta nuestra y dejé los mandados del robo en sus manos para que, si por fin aparecían, ella los cogiera. Me sentí tan molesta, burlada, robada, ofendida por todos”, confiesa la antillana.

Hasta el momento del cierre de esta nota, ningún funcionario del Ministerio de Comercio Interior de Cuba ha hecho alguna declaración al respecto o se ha pronunciado sobre una respuesta satisfactoria a los cientos de usuarios estafados.

Cabe destacar que muchos antillanos dependen de los escasos insumos ofertados de manera regulada por la dictadura cubana para poder subsistir precariamente, pues la poca variedad de productos, así como sus paupérrimas dosis, no representan los grupos alimenticios necesarios ni cumplen con la ingesta de nutrientes requeridos en una dieta saludable y balanceada.