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Castigarán con cárcel a residentes de edificio cuyo colapso afectó a tres niñas en La Habana
Las autoridades los señalan como responsables de esta tragedia
El 27 de enero de 2020, un trágico derrumbe sucedió en La Habana Vieja. Ese día, un balcón se desplomó en las calles Águila y Revillagigedo, causando la muerte de tres niñas, identificadas como María Karla Fuentes, Lisnavy Valdés Rodríguez y Rocío García Nápoles.
Ahora, más de dos años después de esta tragedia, la familia que residía en la parte del edificio desde donde ocurrió el desplome enfrenta acusaciones penales por esta situación, cuyas sanciones son de entre 6 y 7 años de cárcel. En una entrevista con el periodista Mario J. Pentón, estas personas alegaron que son chivos expiatorios en un caso marcado por la negligencia y el descuido estatal.
El edificio, con más de cien años de antigüedad, había sido objeto de constantes quejas por parte de los vecinos, incluyendo a Regla Isabel Rodríguez y su esposo Adrián Frómeta González, quienes vivían allí y son responsabilizados por la tragedia.
Rodríguez había alertado desde 2014 sobre el pésimo estado de la estructura. Sin embargo, sus reclamos ante Vivienda municipal fueron ignorados, y las respuestas de Vivienda provincial y el Partido Comunista de Cuba (PCC) no resolvieron la situación.
Frómeta González, junto a su esposa y otros dos familiares, enfrentan cargos criminales por supuestamente haber contribuido al derrumbe. Según el hombre, ellos solo realizaron reparaciones menores en su vivienda, algo que, a su juicio, no podría haber causado la caída del balcón.
Alegó que las verdaderas causas fueron las obras mayores ejecutadas por Servicios de la Construcción (Secons), una entidad estatal, y la falta de mantenimiento general del edificio. “Nos están culpando injustamente. Hicimos lo mínimo para mantener nuestra casa habitable. No somos delincuentes; somos víctimas de un sistema que ha fallado en protegernos”, manifestó el esposo.
Asimismo, agregó: “ya no tenemos miedo a que pase lo que tenga que pasar. No podemos cumplir por una acusación injusta. No tenemos antecedentes penales, somos personas vinculadas a la sociedad, cubanos de a pie como todos”.
Rodríguez, por su parte, insistió en su inocencia y en la irresponsabilidad de las autoridades. “Yo alerté sobre los riesgos. El gobierno hizo las reparaciones. ¿Cómo podemos ser responsables de esto?”, cuestionó.
La tragedia del derrumbe y las acusaciones posteriores resaltan la necesidad de un mantenimiento adecuado de las edificaciones antiguas, y una respuesta gubernamental más efectiva y justa ante tales incidentes.
Reportes posteriores al derrumbe precisaron que la niña María Karla falleció al instante, mientras que Lisnavy y Rocío perdieron la vida cuando recibían atención de urgencia en un hospital; ellas dos eran hijas únicas de sus respectivos padres.