Chucho Valdés rememora los 45 años de la orquesta Irakere

Hace 45 años nació una de las agrupaciones que más revolucionó el jazz en la Isla, y dejó un legado fuera de ella. Se trata de la agrupación Irakere, la cual conmemora sus 45 abriles de música.

Aunque el grupo ya no está en activo, su director Chucho Valdés, al igual que muchos de los integrantes de la banda, continúa el concepto tradicional de los inicios en la fusión de lo afrocubano dentro de la línea iniciada del latin jazz (cubano) por el genio de Mario Bauza junto a la orquesta Machito y Los Afrocubanos.

El debut, con exactitud fue el 25 de abril de 1973, en el Stadium de Santiago de Cuba.

A propósito del homenaje Chucho Valdés ofreció a medios de la isla sus consideraciones sobre la formación y desarrollo de esa legendaria banda.

Según cuenta el reconocido jazzista cubano, casi todos los músicos salieron de un proyecto anterior, la Orquesta Cubana de Música Moderna (1967) organizada y dirigida por Armando Romeu, preparada con el fin de agrupar los mejores músicos, como lo fue, en otros tiempos, las orquesta Bellamar y Casino de la Playa.

“Estudiamos los tambores relegados, en aquellos días, como los batá, arará, yuka. Fuimos a ver las misas originales yoruba, heredadas de la esclavitud y los incorporamos a la música popular bailable y al jazz. La diferencia en el mundo musical fue la potencia afrocubana, una música invencible, de fundamento”, cuenta Chucho.

Irakere comenzó a consolidarse con la Misa negra, en el Festival de Jazz de Polonia en 1970, ante uno de los ídolos musicales de Valdés: Dave Brubeck (1920 – 2012) estadounidense, pianista y compositor de jazz, uno de los principales representantes en su línea principal (West Coast jazz) y uno de los músicos de jazz más populares entre los no aficionados.

“El gran músico reconoció lo novedoso que mostraba Irakere en sus interpretaciones y nos hizo comprender que estábamos en el camino correcto. Este amigo se encargó de difundirnos en Los Ángeles y eso nos situó en el ranking internacional entre los cinco mejores, por encima de Chick Corea.

“Después vino el despegue, nos invitaron a las “Grandes Ligas” de la música jazzística, al Festival de Newport en 1978, el Carnegie Hall, el Montreux de Suiza”, dijo Chucho.

A raíz de ese éxito, la CBS editó un álbum de cinco temas: Juana 1600, Iya, Adagio de Mozart, Aguanile y la versión en vivo de Misa negra. Entonces  llegó el reconocimiento anhelado: el Premio Grammy,  a la Mejor Grabación de Música Latina en EE.UU., con el disco Irakere (Columbia 35655/ CBSINC. Nueva York).

Durante su larga existencia como agrupación, Irakere acogió músicos de indudable virtuosismo, entre los que cabe destacar a Armando Cuervo (Percusión), Fran Padilla (Percusión), Chucho Valdés (Piano), Jorge Alfonso «El niño» (Congas), Enrique Plá (Batería), Carlos del Puerto (Bajo), Jorge Varona, Arturo Sandoval , Juan Munguía, Manuel Machado, Adalberto Lara (Trompeta), Carlos Averhoff y Ariel Brínguez (Saxo tenor), Paquito D´Rivera y Rafael Águila «El Paco» (Saxo alto), Germán Velazco (Saxo alto y soprano), José Luis Cortés (Saxo barítono y flauta), Orlando Valle Maraca (flauta), Carlos Emilio Morales (Guitarra) y César López (Saxo).

Muchos de ellos siguieron su camino en solitario, fundando nuevos proyectos en los que supieron aplicar la experiencia adquirida en tal magistral orquesta, que sin lugar a dudas, forma parte del patrimonio musical cubano.