Confirman la muerte de más de 160 personas por el terremoto de inicios de año en Japón

Localidades en Japón continúan sin agua potable y servicio eléctrico a causa del terremoto. (Captura de pantalla © RTVE – YouTube)

El devastador terremoto, de una magnitud de 7.6 grados, que golpeó a la costa occidental del centro de Japón hace una semana suma un saldo de 161 personas fallecidas, según las autoridades de la prefectura de Ishikawa, la región más afectada por el sismo.

Además, los rescatistas estiman que 242 personas se encuentran desaparecidas entre los escombros de las viviendas y edificios afectados por la sacudida, ocurrida el primer día del actual año.

Según la cadena pública de radiotelevisión NHK, principal medio de difusión sobre esta tragedia, los equipos de rescate y asistencia se enfrentan a numerosos obstáculos en su labor, ya que los cortes de carreteras y las adversas condiciones meteorológicas han dificultado las tareas de rescate y distribución de suministros básicos como luz, agua y comida.

La emisora también informó que miles de personas permanecen en refugios o sin acceso a servicios esenciales. Los expertos han alertado sobre la posibilidad de réplicas de gran intensidad en los próximos días, además de las lluvias que podrían provocar deslizamientos de tierra y complicar aún más las tareas de rescate.

Las imágenes capturadas desde el aire por los medios de comunicación japoneses revelaron una devastación extensa en las áreas más golpeadas, con avalanchas que cubrieron carreteras, embarcaciones arrastradas por las aguas y un incendio que redujo a cenizas una parte completa de la ciudad de Wajima.

El epicentro del terremoto se ubicó a 30 kilómetros al noreste de dicha urbe y alcanzó el nivel 7 en la escala japonesa, que se enfoca en el poder destructivo del temblor; el cual ha sido considerado el más devastador en la nación asiática desde el ocurrido en 2016 y a la fecha suma más de 100 réplicas.

Los japoneses están acostumbrados a lidiar con movimientos telúricos debido a la ubicación del país en el Cinturón de Fuego del Pacífico. La preparación previa, planes de evacuación y suministros de emergencia almacenados fueron elementos clave para evitar una tragedia mayor.

El ejército japonés ha enviado 2.000 soldados a las zonas afectadas para unirse a las labores de rescate. El primer ministro Fumio Kishida declaró que la prioridad es salvar vidas y rescatar a las personas atrapadas en sus casas.

A pesar de la devastación, las autoridades aseguran que varias plantas nucleoeléctricas de la región funcionan con normalidad. No obstante, es imposible olvidar la tragedia nuclear de 2011, cuando un terremoto y tsunami provocaron la fusión de tres reactores y la liberación de radiación en una central nuclear del noreste de Japón.