Crónica de un viaje a Cuba: Espaguetis internacionales

Logré comprar los únicos espaguetis que quedaban que además procedían de Turquía. (Captura de pantalla de referencia © Gorka Barredo – YouTube)

Cada año cuando viajo a La Habana me reúno con amigos de mi antiguo trabajo y de las aulas universitarias. Este año no podía ser diferente y con el calor de estos meses elaboré mi primer menú, que consistía en una pierna de cerdo asada, arroz congrí y yuca, al mejor estilo cubano. Salí a comprar la pierna y en los varios lugares de venta de este producto, me dijeron: está pérdida, que en cubano quiere decir, ni la busques.

Armé un segundo menú a base de espaguetis donde supuse que los productos eran más fáciles de conseguir. Salí a la shopping más cercana, la de San Lázaro e Infanta y solo encontré un queso de procedencia desconocida y mantequilla llegada de Lituania.

Seguí caminando hasta la shopping de Infanta y Concordia y logré comprar los únicos espaguetis que quedaban que además procedían de Turquía, hallé tomates troceados envasados en España y aceitunas del mismo país. Aún me faltaba la carne molida para agregar al tuco de la pasta.

Enrumbé al centro comercial de Carlos III, siempre caminando y con un calor que te hacía maldecir cada paso. Encontré unos “tubos” de picadillo de “res” procedentes de Uruguay. Me puse contento pues ya el espagueti estaba casi listo, faltaban las hojas de laurel, que nunca encontramos.

Por último fui a buscar la cerveza cubana y después de recorrer varias otras shopping, siempre me decían está perdida. Terminé por comprar una cerveza dominicana llamada Presidente, que en mi opinión es bastante mala, tal vez por eso su nombre. Compré unos paquetes de palomitas de maíz con marca panameña y un litro de aceite de otro país que no recuerdo.

Al final hicimos los espaguetis más internacionales de mi vida, los productos nacionales siempre están perdidos, la cerveza nacional solo se ve en los paladares y para colmo en el mercado de Carlos III cuando quise comprar cinco latas de cerveza Cristal, me dijeron que solo una por persona.

Contradicciones de una economía desgastada, que poco produce, que deja perder cosechas de productos por la burocracia estatal y se inventa enemigos externos para seguir perdurando.

Hicimos los espaguetis, todos disfrutamos con los productos extranjeros y quedamos en volvernos a encontrar el próximo año con nuevos espaguetis, tal vez más internacionales que estos, si es que no se pierden.