Cuba, Venezuela y Corea del Norte: los tres países con menor libertad económica

Cuba entre los países con menor libertad económica, superado solo por Venezuela y Corea del Norte. (Foto ilustrativa: Periódico Cubano)

Cuba se encuentra entre los tres primeros países con menor libertad económica en el mundo, según estadísticas de la estadounidense Fundación Heritage, encargada de promover políticas públicas.

La isla comunista ocupa el puesto número 178 en el Índice de Libertad Económica 2020 y el 31 en el hemisferio, superado solo por Venezuela, su aliado más cercano.

Con este conteo, se establece que la mayor de las Antillas tiene uno de los peores coeficientes económicos a nivel mundial, principalmente por la falta de un libre mercado y el control del Estado sobre cada ámbito económico, que impide a la vez el derecho a la propiedad a sus ciudadanos.

Precisamente, la caída en los derechos de propiedad dentro de Cuba hizo que su puntaje de presentado por la fundación disminuyera en 0.9%. La organización destaca que la Isla solo cumple con 2 de los 12 indicadores.

“El modesto nivel de crecimiento del PIB informado por esta economía comunista no refleja las condiciones de vida reales de la mayor parte de la población”, destaca la organización.

De acuerdo con el organismo, la estrategia económica del castrismo no ofrece resultados positivos para los cubanos y apuesta todo a la inversión extranjera para tratar de salir de la crisis.

La Fundación Heritage afirma que el gobierno de Cuba sufre una “desesperación” por la desintegración de su economía.

“En 2019 se implementaron reformas impulsadas por el pánico, tanto para aflojar ligeramente el control del régimen, por ejemplo, codificando el derecho a la propiedad privada y la empresa privada, como para hacer de la inversión extranjera la máxima prioridad”, explicó.

Sin embargo, el gobierno no le da libertad al sector privado, calificado por muchos expertos como la “tabla de salvación” del país.

Sin embargo, en su afán de quedarse con todas las ganancias para sí, el régimen continúa “monopolizando” la mayoría de las actividades productivas del país.

Aunque el castrismo abrió algunos “servicios minoristas” a los que llama “cuentapropistas”, lo cierto es que aún tiene regulado al sector, algo que ha sido denunciado tanto por los comerciantes, como por los productores.