Cuba espera por jeringuillas de Canadá para vacunar contra el Covid-19

Producir candidatos vacunales contra el coronavirus es solo una parte para lograr la soberanía biotecnológica que el gobierno cubano proclama a los cuatro vientos. La campaña de vacunación también depende de un elemento que a veces se pasa por alto, debido a su sencillez, pero que en Cuba está deficitario: la jeringuilla.

Según trascendió en un reportaje de la Agencia Cubana de Noticias, el gobierno cubano espera un contenedor de Canadá que trae casi 2 millones de jeringuillas desechables para hacer frente a la vacunación que se está llevando a cabo en los ensayos clínicos de fase III tanto de Soberana 02 como de Abdala.

El donativo corre a cargo de la Red Canadiense de Solidaridad con Cuba y fue posible gracias a la organización de los miembros de esta iniciativa que recaudaron fondos para comprar estos insumos gastables en el sistema sanitario canadiense.

De acuerdo al portal web del ministerio cubano de Relaciones Exteriores de Cuba, esta campaña solidaria “ha recibido el apoyo de numerosos canadienses, cubanos y ciudadanos de otros países residentes en Canadá”.

Al mismo tiempo, desde la cancillería cubana se “agradeció el noble gesto de todos los amigos que participaron en esta loable iniciativa”.

Científicos y funcionarios estatales cubanos aseguraron a principios del mes de marzo que el país tiene la capacidad para fabricar cerca de 100 millones de dosis de Soberana 02.

“A más tardar, en agosto habremos fabricado las dosis requeridas para inmunizar a toda nuestra población (11,2 millones de habitantes), y luego seguiremos produciéndolas, a fin de suministrarlas a otros países amigos”, dijo el presidente del grupo estatal BioCubaFarma, Eduardo Martínez.

Sin embargo, nada se ha dicho de los materiales gastables para aplicar la vacuna, entre ellos la jeringa, el algodón y el alcohol para desinfectar la zona de la piel donde se inoculará el fármaco.

Soberana 02 se convirtió el pasado 4 de marzo en la primera vacuna experimental contra el Covid-19 producida en Latinoamérica que entra en la fase III, la última antes de su aprobación definitiva. Los ensayos clínicos se realizan en La Habana con la participación de 44.000 voluntarios de entre 19 y 80 años.

En el caso de Abdala está siendo aplicada en la zona oriental del país, específicamente en los municipios de Santiago de Cuba y Bayamo, dada su alta concentración de población contagiada por el virus surgido en China a finales del 2019.