Cuba y una nueva Primavera Negra

Los abusos policiales contra los artistas contestatarios ha ido en aumento en los últimos meses. (Raisa Gonzalez Cantillo – Facebook)

El régimen de Miguel Díaz-Canel no ha decepcionado al principio castrista basado en que cualquier persona que piense diferente y se atreva a expresarlo se convierte por naturaleza en un enemigo de la Revolución y debe ser “castigado”.

Artistas e intelectuales vienen advirtiendo desde hace meses que “en Cuba se vive un clima de violencia y represión similar al de la llamada Primavera Negra, en 2003”.

Hace 18 años, Fidel Castro detuvo una convocatoria a favor de la libertad de expresión, y 75 disidentes fueron encarcelados. En ese grupo se encontraban 32 periodistas independientes, activistas y médicos.

En la actualidad el blanco principal del régimen son los artistas jóvenes que no están de acuerdo con las políticas retrógradas carentes de sentido. Hoy el símbolo de la represión del régimen es Luis Manuel Otero Alcántara, el líder del Movimiento San Isidro, quien pasó más de un mes ingresado arbitrariamente e incomunicado en un hospital de La Habana.

En repetidas oportunidades agentes del castrismo han intentado acallar las voces del movimiento San Isidro y del 27N, pero a Luis Manuel Otero le han brindado una atención especial.

Después de que confiscaran sus obras y el artista decidiera hacer una huelga de hambre, el gobierno cubano, lo sacó a la fuerza de su casa para internarlo en un hospital, sin posibilidades de contacto con otras personas y deteriorando su estado de salud cada día que pasaba.

No es un secreto que al régimen no le convenía que Otero pudiese llegar a un estado crítico, por eso le brindaron la  atención médica necesaria, para que no llegara a un extremo mortal, pero sin ninguna verdadera preocupación por salud, o por las demandas del artista.

“¿Cómo es posible que un paciente en un hospital no tenga derecho a visitas o un teléfono?”, cuestionó en Twitter esta semana la Embajada estadounidense en La Habana, que pidió “que Otero Alcántara y todos los cubanos sean respetados y tratados con dignidad”.

Pero la respuesta de las altas esferas cubanas no va más allá de que los que protestan son pagados por gobiernos de países enemigos y por este motivo serán tratados con severidad.

De convertirse nuevamente en una Primavera Negra, Cuba podría enfrentar uno de los periodos más oscuros de su historia, mezclando la falta de derechos humanos, como la libertad de expresión y libre pensamiento, con una crisis económica que no parece encontrar salida.