MUNDO
Cubano y su hija de 7 meses venden dulces en las calles de Ecuador
El hombre, padre de una menor de 7 meses, acude a los medios luego de 6 meses de infructuosa búsqueda
Yudieel Grillo es el nombre de un cubano nacionalizado en Ecuador que actualmente se encuentra vendiendo dulces en la calle para poder mantenerse a él y a su familia, conformada por su esposa y una pequeña bebé de tan solo 7 meses de vida.
Con miras a buscar un empleo que le permita ofrecer mayor estabilidad a los suyos, Grillo ha acudido a los medios locales para pedir ayuda pues lleva 6 meses en una ardua e infructuosa búsqueda de trabajo.
“He tratado de conseguir empleo. Entrego siempre carpetas en varios lugares pero nunca me han llamado”, dijo a el diario El Norte.
La historia de Grillo se ha popularizado entre las calles y los miembros de la localidad de Ibarra (donde se encuentra actualmente) gracias a su infaltable alegría, la cual ha cautivado a los miembros de la comunidad.
El isleño se encuentra en tierras ecuatorianas desde hace 9 años, de los cuales al menos 5 trabajó para una escuela que quebró debido a la mala gerencia de sus directivos. De esta manera él, junto a otras 15 personas más, quedó desempleado.
Luego de ello se le ha hecho imposible conseguir un empleo estable, por lo que se aventuró al centro de la ciudad, donde día a día en compañía de su esposa e hija vende con gran carisma y alegría sus dulces, de lunes a viernes en la calle Pedro Moncayo, frente a la escuela Inmaculada Concepción.
“Lastimosamente, por una mala administración de la propietaria, el negocio quebró y 16 personas quedamos desempleadas. No podía quedarme con los brazos cruzados entonces decidimos con mi esposa que podíamos salir a vender dulces en el centro de la ciudad”, explicó.
Para Grillo, es probable que la dificultad para conseguir un empleo esté motivada a la presencia de los inmigrantes venezolanos en el país: “Es más económico contratarlos a ellos porque por la necesidad acceden y a los demás nos dejan de lado”, afirma.
El cubano tiene esperanza en que, con la difusión de su historia, alguien le ayude y le ofrezca una oportunidad de empleo que lo ayude a seguir sacando adelante a su familia; mientras tanto seguirá trasmitiendo su alegría desde el lugar que ahora se encuentra.
Con Información de Diario El Norte