Cubanos, sin más opción que vivir de remesas y envíos

(Foto: Cortesía del autor)

Diariamente, cientos de cubanos son citados vía telefónica para que se personen en las instalaciones de Palco y Aerovaradero, a recoger la paquetería que sus familiares en el extranjero les han enviado. Día y fecha en los que deben estar sin falta, y para el que va por primera vez parecería que todo está muy organizado.

Pero, lo que podría ser una gran alegría, comienza poco a poco a transformarse en una de las peores pesadillas. Después de todo el sacrificio y la espera para que los bultos estén aquí, ahora no queda más que seguir esperando a que lo llamen a uno.

Y es que de nada vale que llegues en tiempo ni que te hayan dado un horario. Ser puntual apenas sirve para que te recojan el carnet de identidad y te sientes, si tienes suerte de alcanzar un asiento, y esperes largas horas hasta que finalmente te atiendan.

Y eso no termina ahí, después de entrar comienza otra larga espera a que te despachen, a que pagues y vuelvas a pagar hasta que por fin te entregan tu paquete. Eso en el mejor de los casos, porque hay personas que después de permanecer allí un día entero resulta que su nombre, a pesar de haber sido citado, no se encuentran en la lista.

Pero lo más absurdo es cuando el funcionario te dice que tú eres quien tienes que dirigirte al Departamento de Atención al Cliente para que te digan la causa por la que ha sucedido esto. Y no es que esté precisamente al lado, en el caso de Aerovaradero, el Aeropuerto Internacional José Martí está a no menos de 1 km.

En fin, que es toda una burocracia. Eso sin contar aquellas personas que aún no han sido citadas a pesar de que sus bultos llegaron junto a los que ya se han despachado. Increíble, ¿verdad? Lo triste es que cuando preguntas te dicen: No se preocupe, ya lo llamarán.

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