De la poca producción de cítricos en la isla, la de peor calidad es para el pueblo

Desde hace años, Cuba dejó de tener una producción importante de cítricos debido a plagas, afectaciones climáticas y falta de confianza por parte de inversionistas, a esto se le suma la incapacidad del régimen en dar una solución concreta al problema con el fin de recuperar el producto.

De hecho, para la gran mayoría de la población en la isla es una novedad la presencia de naranjas en las tarimas de los agromercados, pero el humor cambia cuando ven que el cítrico no está fresco y sí lleno de manchas negras, además de que, en vez de estar dulce, tiene un sabor amargo.

La escasez de naranja, toronja, mandarina y el limón es tan seria en la isla, que ni siquiera tienen una aparición intermitente en los mercados como otros productos, que mantienen este sistema a causa de la ineficiencia del régimen por lograr una producción de alimentos estables.

De la poca producción de cítricos que existe en los campos de la Mayor de las Antillas, no toda está en mala calidad, la mejor parte se destina al turismo y a la exportación, han comentado directivos de agricultura, por lo cual, lo que está a punto de pudrirse se queda para el pueblo cubano.

Un ejemplo de lo mencionado, son las naranjas de la marca “Cubanita” que comercializa la empresa “Victoria de Girón”, que con etiqueta y un color atractivo se van al extranjero o se destinan de manera exclusiva a los visitantes.

Esta empresa ubica en Jagüey Grande, Matanzas, aplica lo mismo con la lima persa, el limón y la toronja.

También se sabe que hay producción local de concentrados y juegos simples de toronja blanca, rosada y rosa, así como aceites que se pueden derivar de ellas, pero la población local no tiene acceso a esto porque son productos exclusivos de exportación que en el mercado internacional pueden generar más de 10 mil dólares.

Mientras el régimen no aplique un plan para combatir a las plagas, buscar nuevas técnicas de cultivo, renovar plantaciones y convencer inversionistas, la industria citricultora no tendrá la fuerza que vivió hace años, como en la década de los ochenta cuando había más de 100 mil hectáreas dedicadas al cultivo.

Jagüey Grande, Ceballos, La Cuba, Cubitas, San Andrés y Veguitas, así como otras zonas productoras, dejaron de ser polos productores y ahora se enfocan a otros sembrados y al procesamiento de frutas en conservas.

Con Información de Cuba en Miami