Declaración de una madre encarcelada cuyo hijo perdió la vida hace dos meses

Bueno de 35 años; instó a proteger, comunicarse y atender psicológicamente a sus hijos si es necesario, evitando cualquier forma de maltrato físico. (Captura de pantalla © Yosmany Mayeta Labrada – Facebook)

Anisleidis Bueno, una madre cubana detenida y afligida por la pérdida de su hijo Drayan Enrique Cuevas Bueno de 16 años, quien fue fatalmente apuñalado en una celebración en las calles de Santiago de Cuba en diciembre, denuncia en redes sociales la violencia que impera en la comunidad de la Isla.

Bueno de 35 años; instó a proteger, comunicarse y atender psicológicamente a sus hijos si es necesario, evitando cualquier forma de maltrato físico. Desde la cárcel de Mar Verde, donde está encarcelada, mostró en un video, divulgado por el periodista Yosmany Mayeta, dos cartas de Cuevas Bueno, evidenciando el profundo lazo y la falta que le hace su presencia.

El joven le contó en su última misiva que “En la vida pasan muchas cosas. El corazón tuyo es de hierro, tú aguanta hasta que te den la libertad. Esos son obstáculos que pone Dios para que seamos fuertes. Todo pasa, no llores más. Sé fuerte que todo aquí va a estar bien. Te quiero mamá, te amo mamá”

Anisleidis reconoció haber recurrido a la violencia física en el pasado debido al comportamiento de su hijo, pero afirmó que su encarcelamiento transformó su perspectiva, haciéndola más empática. Reveló que su hijo, a través de sus palabras, le brindaba fortaleza y la preparaba para sobrellevar su ausencia, alentándola a resistir hasta obtener su libertad.

“Cuiden a sus hijos, denles confianza, no les den tanto golpe. Fui una madre que le di mucho a mi hijo, pero gracias a Dios cuando caí presa, parece que la vida… más nunca le levanté la mano a mi hijo, hablaba mucho con él cuando yo estaba aquí en casa… pero yo no estaba aquí”.

Resaltó la importancia de la atención y el diálogo con los hijos, lamentando no haber tenido suficiente tiempo para corregir errores durante sus breves permisos de salida de la prisión. Subrayó la vulnerabilidad de los jóvenes sin el cuidado parental, reflexionando sobre la soledad y los desafíos que enfrentó su hijo tras la pérdida de figuras paternas.

“Son los hijos de nosotros, vamos a cuidarlos, vamos a llevarlos al psicólogo… Por cosas de la vida yo caí presa y su papá había fallecido cuando él tenía nueve años, también perdió a su padrastro, que había sido como su papá… se quedó como dueño del mundo, sin nadie, sin mamá que tuviera ahí” contó Anisleidi con tristeza.

La historia de Anisleidis, que también resonó personalmente con Mayeta, su excompañero de escuela, subraya la tragedia de una familia desgarrada por la violencia y la pérdida, enfatizando la necesidad de justicia y apoyo para quienes enfrentan circunstancias similares.