Después de tres años la prometida fábrica de pienso de Santiago de Cuba solo tiene 10% de avance

Después de tres años de iniciada las labores, la construcción de la prometida fábrica de pienso en Santiago de Cuba solo tiene el 10% de avance. En un reportaje publicado en el diario Granma se justifica la demora de más de tres años debido a problemas de importación de materias primas, incluidas vigas de acero corrugadas para la estructura.

La responsabilidad en la construcción de la obra, pensada para generar de 500 a 600 toneladas de pienso por turno de 12 horas de trabajo, es de la Empresa Productora de Piensos Oriente (EPPO), y de la Empresa Nacional de Proyectos de la Agricultura (ENPA), como ejecutora de la parte civil.

En sus más de 44.000 metros cuadrados de área, está prevista la edificación de un espacio socio-administrativo, el panel general de distribución tecnológica, la báscula de 80 toneladas, un grupo electrógeno, la base de tanques de combustible, talleres, viales, áreas verdes y el cercado perimetral. En general, son 28 objetos de obra, de los cuales 25 están paralizados totalmente.

Durante una entrevista para el citado medio, los ingenieros de la ENPA, Greny Margarita Silva Pérez y Kailer Nieto Simón, indicaron que “desde hace más de un año esperan por la estructura metálica que acogerá el montaje de los módulos tecnológicos de producción”.

Se trata de barras de acero corrugadas de más de 40 metros de altura. En un inicio se pensó en importar dichas estructuras, pero al ver la demora del proveedor, alguien pensó que sí se podrían construir en Cuba. Sin embargo, no fue así. Meses después se pasó a la solución inicial: comprarlas en el extranjero, pero esta vez con otro proveedor.

“Lo cierto es que el avance está frenado por la demora de los metales importados que permitirán el montaje tecnológico, así como por la falta de diez pilotes que restan por hincar, mientras que, para levantar el almacén con capacidad para 10 000 toneladas, además de no contar con su estructura metálica, se carece de recursos para la cimentación de balsa”, precisó Silva Pérez.

Ni siquiera la parte del edificio administrativo, que en teoría es una de las obras menos complicadas desde el punto de vista tecnológico y constructivo, se ha terminado. Nieto Simón explica que en la actualidad hay un “inestable suministro de recursos de terminación”. El ingeniero se refiere a accesorios para las instalaciones eléctricas, e instalaciones hidrosanitarias y de carpintería metálica.

Otros de los desatinos iniciales fue prever silos con capacidad para almacenar cada uno 2.000 toneladas de materia prima en granos. El problema es que esas estructuras no se construyen en Cuba y son muy costosas para importarlas.

La solución fue desmontar unos silos que estaban destinados a una instalación donde nunca se utilizaron. Ello lo atestigua el ingeniero Avelino Álvarez Escalante, de la Empresa Constructora de Obras de Ingeniería No. 11.

“Se trata de silos muy costosos que fueron montados en la zona del Polvorín y nunca se utilizaron; de ahí que presenten cierto nivel de oxidación en planchas de zinc galvanizado, juntas y tornillería; y si bien hizo engorroso el desarme para el traslado, ahora resulta más difícil armarlos aquí”.

La construcción ha estado sumida en periodos difíciles, pues primero llegó la pandemia con el consecuente cuello de botella en las cadenas de suministro del comercio mundial, y luego han sufrido los ajustes del mal llamado “ordenamiento monetario”.

Los especialistas señalan que en algunos meses, como el pasado marzo, los obreros solo cobraron el 20% de su salario. El círculo vicioso de la productividad con bajos salarios en medio de una economía con altos niveles de inflación también lastran el despegue de una obra necesaria para tener alimentos para la decaída producción de cerdos.