Detienen a los ladrones que le robaron las luces al icónico Cangrejo de Cárdenas

Fuerzas del Ministerio del Interior (Minint) de Cuba detuvieron a los ladrones que se robaron las luminarias que alumbraban la icónica escultura del Cangrejo gigante que da la bienvenida a quienes llegan por carretera a la ciudad de Cárdenas.

“Las luminarias instaladas hace menos de dos semanas en la escultura del cangrejo, a la entrada de la ciudad de Cárdenas, fueron destruidas por varios jóvenes que, en acto vandálico, sustrajeron dos de ellas, a la vez que cortaron los cables eléctricos de la instalación”, informó desde su perfil en Facebook el canal oficialista Telebandera.

De acuerdo con la versión oficial, indican que la acción policial se ejecutó con inmediatez y ya los sujetos involucrados están bajo investigación, aunque no se detalla la cantidad de participantes ni sus edades, identificación o propósito del robo.

Sin embargo, Telebandera menciona que varios ciudadanos presenciaron el hecho vandálico, pero no le hicieron frente al daño que se le infligía a la propiedad social. “Ni siquiera mostraron interés en denunciar lo acontecido”, precisa la información.

En este sentido, el medio oficialista dice que “es lamentable que ocurran situaciones de esta naturaleza en las que se destruyan obras destinadas al beneficio público, por tal razón velar por la propiedad colectiva es tarea de todos”.

La crisis generalizada que vive la población con carencias de todo tipo hace que aumenten los robos y la delincuencia, pues en el mercado negro se vende cualquier cosa, hasta las luminarias del Cangrejo de Cárdenas.

La idea de hacer un monumento a este crustáceo como símbolo de la ciudad de Cárdenas comenzó a tomar fuerza en la década de 1980. Las autoridades de la provincia ordenaron a Alberto Muñiz Morales la tarea de crear una escultura en la entrada de la ciudad.

Muñiz Morales planeó la construcción de la escultura. Se construyó en tres partes: cabeza y carapacho, muela mayor y muela menor. La cabeza medía tres metros de ancho y se construyó en una escala 1:30.

La construcción de la escultura, que duró 14 meses, involucró a obreros del departamento de mantenimiento de la lavandería INTUR y el Astillero del municipio de Antilla. Finalmente, quedó inaugurada en mayo de 1990.