Dos dictadores en Nicaragua: Asamblea Nacional aprueba la figura de “copresidenta”

Daniel Ortega solo cuenta con el respaldo de gobierno autoritarios como el de Cuba y Venezuela. (Captura de pantalla © El País – YouTube)

La Asamblea Nacional de Nicaragua reformó la constitución para que este país ahora se encuentre bajo el poder de dos dictadores. Además de Daniel Ortega, como presidente del país, los cambios en la carta magna de la nación centroamericana ahora otorgaron el cargo de “copresidenta” a su esposa Rosario Murillo, quien antes tenía el puesto de vicepresidenta.

Los legisladores afines al régimen reformaron 148 de los 198 artículos constitucionales y derogaron otros 37, incluyendo el que prohibía la tortura. Además, de la creación del cargo de “copresidenta”, las modificaciones también establecen la ampliación de periodo presidencial de cinco a seis años, informó EFE.

Asimismo, la reforma establece que el Ejecutivo coordine los demás órganos del Estado, los cuales dejarán de ser considerados poderes independientes. Como esta decisión elimina el balance de poderes, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Organización de Estados Americanos (OEA) y el gobierno de Estados Unidos han condenado las reformas.

El Ejecutivo, según la nueva Constitución, no solo coordinará a los órganos legislativo, judicial y electoral, sino también a la Fiscalía de Cuentas y los entes autónomos. Asimismo, la Presidencia mantiene la Jefatura Suprema del Ejército, la Policía Nacional y el Ministerio del Interior, con la facultad de movilizar al Ejército cuando considere necesario para “garantizar la estabilidad de la República”.

Otra disposición polémica es la legalización de la apatridia, lo que permitiría al régimen despojar de su nacionalidad a opositores y críticos del gobierno. Esta práctica ya ha sido utilizada en el pasado para reprimir la disidencia.

La reforma también crea nuevas fuerzas de seguridad: las “fuerzas militares de reserva patriótica” y la “policía voluntaria”. Opositores y defensores de derechos humanos han calificado como grupos parapoliciales y paramilitares. Estas estructuras ya habían sido avaladas en una enmienda previa aprobada este mes.

Dichas fuerzas militares se integran al Ejército y esterarán conformadas por exmilitares retirados. En tanto, la “policía voluntaria” actuará como cuerpo auxiliar de la Policía Nacional con ciudadanos que presten servicios por decisión propia. Estas figuras no existían en la Constitución anterior, pero en 2022 Ortega destacó su papel en la represión de las protestas de 2018, que dejaron cientos de muertos.

Según organismos humanitarios, estos civiles armados actuaron con el respaldo del Estado en la denominada “Operación Limpieza”, la ofensiva con la que el gobierno neutralizó violentamente las manifestaciones opositoras.

El jefe del grupo parlamentario sandinista, Edwin Castro, justificó la reforma argumentando que la Constitución “debe adecuarse a la realidad social” y reafirmó que el poder reside en el “pueblo”.