¿Dos dictadores en Nicaragua? Daniel Ortega propone “copresidencia” con su esposa

Daniel Ortega solo cuenta con el respaldo de gobiernos autoritarios como el de Cuba y Venezuela. (Captura de pantalla © El País – YouTube)

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega Saavedra, presentó una reforma constitucional para consolidar aún más su régimen autoritario. El izquierdista busca instaurar la figura de “copresidentes” en su país, asignando el cargo de forma simultánea a él y a su esposa, Rosario Murillo, quien se encuentra en el puesto de vicepresidenta desde 2017.

La iniciativa también propone ampliar el mandato presidencial de cinco a seis años, consolidando aún más el control político del oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

La propuesta deberá ser aprobada por la legislatura del país, controlada en su totalidad por el FSLN. Este dominio legislativo y gubernamental deja pocas dudas sobre la aprobación de la reforma, la cual ha sido calificada por críticos como un nuevo golpe al sistema democrático de Nicaragua.

Ayer, Ortega Saavedra presentó además un proyecto de ley que prohibiría la aplicación de sanciones internacionales impuestas por Estados Unidos u otros organismos dentro del territorio nicaragüense. Esta medida responde a las crecientes sanciones contra altos funcionarios del gobierno, acusados de violaciones de derechos humanos y corrupción.

La Organización de Estados Americanos (OEA) condenó enérgicamente las reformas propuestas, señalando que estas representan un intento por institucionalizar lo que calificaron como una “dictadura matrimonial”.

En un comunicado, la oficina del secretario general de la OEA declaró: “El documento de la ‘reforma’ es ilegítimo en la forma y el contenido, constituye meramente una aberrante forma de institucionalización de la dictadura matrimonial en el país centroamericano y es una agresión definitiva al Estado de derecho democrático”.

Las propuestas del socialista surgen en medio de un ambiente de represión que se intensificó tras las protestas sociales multitudinarias de 2018. Desde entonces, el gobierno nicaragüense ha encarcelado a opositores, líderes religiosos y periodistas, despojándolos posteriormente de su ciudadanía y exiliándolos. Más de 300 personas han perdido su nacionalidad, mientras que bienes y propiedades han sido confiscados por el Estado.

Ortega Saavedra se encuentra en el poder desde 2001, cuando por primera vez en la historia de Nicaragua, un candidato con tendencia izquierdista ganó las elecciones. Desde entonces, se ha mantenido en el cargo por medio de fraudes y encarcelamiento de opositores.

En su última reelección, ocurrida en 2021, el sandinista ganó con el 75.92% de los votos. Este respaldo popular resulta engañoso, porque en pleno proceso electoral fueron arrestados los principales candidatos opositores y únicamente se le permitió participar a quienes no representaban un peligro para la continuidad del régimen.