EEUU: “Síndrome de La Habana” podría no ser un ataque extranjero

El estudio más reciente de la CIA sobre el “Síndrome de La Habana” concluyó que los síntomas de este padecimiento no fueron provocados por un ataque de enemigos extranjeros, como se creyó al inicio de la investigación.

De acuerdo con un reporte del diario The New York Times, altos funcionarios de la agencia estadounidense refirieron que los diplomáticos de su país, así como canadienses, que experimentaron síntomas similares durante su estancia en la capital cubana, no fueron necesariamente blanco de un atentado enemigo.

Según los resultados preliminares de la CIA, el padecimiento sufrido por los diplomáticos en Cuba y otros países puede explicarse por causas ambientales, médicas o estrés, y es poco probable que fueran causados por Rusia u otro adversario extranjero.

En 2016, casi 50 elementos del personal de la Embajada de Estados Unidos en La Habana experimentaron simultáneamente un malestar que consistía en dolores de cabeza, mareos, desorientación, pérdida de memoria y náuseas.

Los casos se siguieron presentando, también en otras sedes, como Australia, Austria, Colombia y Alemania, pero muchas veces en países hostiles como Rusia, China, Siria y Cuba.

Ya que todos los afectados referían haber escuchado un zumbido inusual antes de sentirse mal, y luego de que un estudio en 2019 confirmara daño permanente en los cerebros de los enfermos, Washington catalogó la situación como un ataque de microondas por parte de Cuba, en colaboración con Rusia.

Aunque en su informe la CIA no descarta todavía la implicación extranjera en dos docenas de casos que aún no pueden explicar y que continúan analizando, se desechó la teoría de un ataque para la mayoría de los casos.

“En cientos de otros casos de posibles síntomas, la agencia ha encontrado una explicación alternativa y creíble”, indicaron las fuentes consultadas por la cadena NBC.

No obstante, el medio aclara que el documento de la CIA era de uso interno y no suponía “la conclusión final de la administración Biden o de toda la comunidad de inteligencia”.

Los hallazgos han frustrado a algunos de los afectados que, según un comunicado de un grupo de ellos citado por The New York Times, consideran que la evaluación de la CIA “no puede ni debe ser la última palabra sobre el caso”.

Por su parte, el director de la CIA, William J. Burns, envió un comunicado al prestigioso periódico, recalcando que el estudio aún no ha concluido.

“Aunque hemos alcanzado algunos hallazgos internos significativos, no hemos terminado”, expresó.

“Continuaremos con la misión de investigar estos incidentes y ofreciendo acceso a unos cuidados de calidad mundial a aquellos que lo necesitan”, añadió.

Por su parte, Antony Blinken, secretario de Estados de EEUU, respaldó, tras reunirse con sus homólogos de Alemania, Francia y Reino Unido (estos dos últimos por videoconferencia) en Berlín, que se seguirá estudiando el fenómeno.

“Hemos estado trabajando duro para tratar de entender qué sucedió, quién podría ser el responsable”, dijo Blinken.

“No dejaremos piedra sin remover para llegar al fondo del asunto”, sentenció terminantemente.