EEUU consumirá 1.420 millones de alitas de pollo durante el Super Bowl

Estimaciones del Consejo Nacional del Pollo (NCC, por sus siglas en inglés) dan cuenta de que durante el venidero fin de semana, cuando se celebrará la edición LVI del Super Bowl (juego final de la NFL), en todo el país se van a consumir 1.420 millones de alitas de pollo.

“No habrá escasez de alas”, dijo Tom Super, portavoz de NCC. “Como casi cualquier otra cosa que compre en este momento, las alitas pueden ser un poco más caras, pero estarán surtidas. Simplemente, no esperaría hasta el inicio para estar en línea o hacer un pedido en línea”.

Anyone getting hungry for #SuperBowlLVI? If chicken wings are on your menu, you're not alone: Americans are predicted to eat 1.42 BILLION wings this weekend! Learn more about this fan favorite food: https://t.co/DoFbn5QJs3 pic.twitter.com/xyq84jFlFj

— ChickenCheckIn (@ChickenCheckin) February 10, 2022

Los fanáticos del fútbol americano, tanto en el estadio de Los Ángeles como en sus casas por medio de la transmisión televisiva, calmarán su ansiedad por el resultado deportivo entre los Cincinnati Bengals y Los Ángeles Rams con alitas de pollo en cualquier modalidad.

Históricamente ha sido así. Por ejemplo, las ventas de alitas de pollo en Cincinnati experimentaron un crecimiento del 27.6% durante los playoffs de la NFL; y en Los Ángeles se registró un aumento del 37.3% en comparación con el mismo período del año pasado. Todo ello a pesar de que los precios minoristas de las alas subieron alrededor de $ 0.30 por libra desde febrero del 2021.

Alitas de búfalo, la especialidad más demandada

Uno de los lugares que afirma haber inventado las alitas en salsa búfalo es Anchor Bar, negocio de una familia italoamericana establecido en 1935. El lugar es tan legendario que incluso aparece en un capítulo de ‘Los Simpson’, en el que se observa a Homero comer alitas.

De acuerdo con su versión oficial, Dominic Bellissimo (quien en ese entonces atendía la barra), se presentó en el local con un grupo de amigos y le pidió a su madre Teressa que les preparara algo para comer.

En la cocina tenían alas de pollo. Usualmente se llevaban a la olla para hacer sopa, pero a Teressa se le ocurrió hacerlas fritas y condimentadas con una salsa secreta (picante y con mantequilla). La receta pronto se volvió popular.

Posteriormente, en la década de 1990 este platillo tuvo un gran boom, popularizándose como la comida insigne -junto con una cerveza y papas fritas- de la cultura estadounidense del fútbol americano.