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Periódico Cubano

Alina López, la profesora de EEUU encarcelada en Cuba por espionaje

NOTICIAS DE CUBA

Alina López, la profesora de EEUU encarcelada en Cuba por espionaje

Un matrimonio secreto. Una llamada telefónica críptica. Y luego, un vuelo a Cuba del que Alina López Miyares nunca regresó

El diario estadounidense The New York Times ha publicado más detalles sobre la historia de la profesora cubanoamericana Alina López Miyares, de 62 años, quien se encuentra cumpliendo una condena de 13 años de prisión en Cuba por el presunto delito de espionaje.

Una historia increíble, digna de un guion cinematográfico, porque tras casarse con un diplomático cubano al que conoció en Estados Unidos, quien además realizaba laboras de espionaje para La Habana, se vio inmersa en una trama que terminó llevándola a una cárcel.

Para el gobierno cubano, que presentó su caso en los documentos judiciales revisados por The New York Times, Miyares es una traidora y una espía que reveló los nombres de los operativos cubanos al FBI.

En tanto, sus familiares en EEUU la califican como una persona ingenua que fue engañada por su pareja y por agentes de inteligencia estadounidenses. Su hijo Michael Peralta, un vendedor en California, declaró que «es muy confiada (…). No es una mala persona. Siempre tiene buenas intenciones. Otras personas pueden aprovecharse de la gente que es demasiado confiada».

El abogado de López, su familia y sus simpatizantes tratan de llamar la atención del presidente Joe Biden sobre su caso con la esperanza de que bajo su gobierno se desvanezca la gran hostilidad que caracterizó a las relaciones entre Estados Unidos y Cuba durante los años de Donald Trump, y se produzca el acercamiento que existía cuando Biden era vicepresidente, lo que podría generar una oportunidad para discutir su caso.

El presunto espionaje de Alina López Miyares

Según relata The New York Times, López huyó con su familia de la revolución de Fidel Castro a Estados Unidos en 1966. Construyó una vida nueva en New Jersey y se convirtió en pianista y profesora, siguiendo los pasos de su madre.

Entonces, siendo una joven de 20 años, fue a una fiesta y conoció a Félix M. Milanés Fajardo, un diplomático cubano destinado en las Naciones Unidas.

“Se enamoró, me imagino yo”, dijo su madre, Alina Miyares, una maestra de escuela de Nueva York que vive su retiro en Miami Beach.

Noviaron, pero a mediados de la década de 1990 la pareja tomó caminos separados. El diplomático regresó a Cuba y López siguió a su madre a Miami, donde trabajó como profesora de educación bilingüe y realizó un doctorado en la Universidad Nova Southeastern. Se casó y se divorció dos veces, y crio a un hijo de su primer matrimonio.

Años después, se reencontró con su antiguo novio, el diplomático cubano y, en 2007, sin decírselo a su familia, se casó con él.

Milanés había sido durante años agente de la inteligencia cubana, con los grados de teniente coronel. Así se lo confesó a Alina poco después de casarse, en la víspera de Navidad de 2007.

Su familia cree que López se enamoró de una vieja pasión y se dejó embaucar.

James Cason, un exalto funcionario estadounidense en Cuba, dijo que la mayoría de los diplomáticos cubanos son conocidos por ser espías de su gobierno, en particular los destinados en Estados Unidos.

“Ella tenía que saber en qué se metía al casarse con un diplomático cubano”, dijo Cason. “Aquí en Miami, si te casas con un diplomático cubano, se te considera una traidora, básicamente”.

Para entonces, Milanés vivía en Cuba. No se le permitía salir de la isla, por lo que su esposa pasó la siguiente década visitándolo con frecuencia. Según los registros judiciales cubanos, Milanés era alcohólico y dependía de ella económicamente.

Según Poblete, el abogado de López, ella recibió una críptica llamada telefónica de su marido en enero de 2017, pidiéndole que fuera a Cuba. La llamada era una trampa, Milanés había sido capturado en una embarcación en Baracoa, en la costa oriental, cuando trataba de huir de Cuba.

Había llamado a su esposa desde la cárcel, atrayéndola a la isla tras pactar con la Seguridad del Estado. «Tenía una historia que contarles», aseguró.

López fue detenida en el aeropuerto cuando regresaba, pero no fue hasta meses más tarde que sus amigos y familiares de Florida supieron que pesaban sobre ella cargos de espionaje.

Al ser nacida en Cuba las leyes de la Isla le impidieron recibir asistencia consular de EEUU durante el proceso.

A las autoridades cubanas les confesó la historia que compartía con Milanés Fajardo: en 2011, el Buró Federal de Investigaciones de EEUU (FBI) la había contactado proponiéndole que sirviera de enlace entre esa agencia y su esposo para obtener supuesta información confidencial.

Tras informar a su marido de la oferta del FBI, este decidió cooperar con los estadounidenses. A través de su esposa, les dio los nombres encubiertos de agentes cubanos en Estados Unidos y detalles de algunas de sus propias misiones.

A finales de 2017, López Miyares y su esposo fueron juzgados por un tribunal militar cubano, que los consideró culpables de trabajar a favor de los servicios especiales estadounidenses. El exdiplomático y exagente recibió una condena de 17 años de prisión. Su esposa, una de 13. El proceso, que duró una mañana, transcurrió en el más completo hermetismo.

El caso tuvo poco apoyo durante el gobierno de Trump, la Oficina del Enviado Presidencial Especial para Asuntos de Rehenes ahora revisa la demanda de López, dijo Poblete, su abogado, quien ha ayudado a liberar a estadounidenses detenidos ilegalmente en Irán y Venezuela.

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