El gobierno cubano tratará de conservar las buenas relaciones con el Brasil de Bolsonaro

El régimen cubano espera mantener sus habituales relaciones con Brasil, luego de que el ultraderechista Jair Bolsonaro se alzara con la presidencia del país frente al candidato de la preferencia cubana el Fernando Hadad del Partido de los Trabajadores (PT).

“La influencia del gigante sudamericano es muy grande para ignorarla. No tenemos problemas en tener relaciones con quienes piensan distinto que nosotros. Eso serí­a ser intolerante”, dijo el  ministro de Comercio Exterior, Rodrigo Malmierca.

Desde los gobiernos del PT que habían dirigido a Brasil por más de doce años, el intercambio comercial se había expandido muy rápido y la isla importó alimentos a créditos preferenciales al igual que con la ayuda brasileña se construyó parte del puerto del Mariel, inversión que se vería sacudida por los casos de corrupción en la constructora Odebrecht.

Recientemente durante el último gobierno de Dilma Rousseff (2011-2016) el programa de colaboración médica bajo el proyecto de Más Médicos proporcionó a Cuba de una fuente de dinero fresco mediante la explotación de sus trabajadores en el exterior. Los ingresos estimados se valúan en 11.000 millones de dólares.

“No tenemos dificultad en mantener esos programas. Ese programa se lleva a cabo a través de la Organización Panamericana de la Salud. No es un programa bilateral. De nuestra parte no hay dificultades. Si­ las hubiera no será por nuestra parte. ¿Tenemos temor? No tenemos temor”, dijo Malmierca en ocasión de ser entrevistado durante las jornadas de la Feria Internacional de La Habana (FIHAV).

Cuba mantiene una deuda con el Banco Nacional de Desarrollo de Brasil al cual cada año debe pagar 100 millones de dólares como parte de una renegociación que tuvo lugar en días recientes. En esas conversaciones Cuba obtuvo una reprogramación de los pagos de sus cuotas del 2018 y del 2019.

En la campaña electoral Bolsonaro dijo: “Dejaremos de alabar dictaduras asesinas y de despreciar o incluso atacar democracias importantes como la de Estados Unidos, Israel e Italia. No haremos más acuerdos comerciales espumosos o entregaremos el patrimonio del pueblo brasileño a dictadores internacionales”.

Pero a su vez también expreso que su política económica se basaría en impulsar el libre comercio con todas las naciones del mundo para promover el desarrollo de los empresarios brasileños y así recuperar el “respecto internacional de la marca Brasil”.

Con información de DDC