DEPORTES
El mejor badmintonista cubano Osleni Guerrero explica por qué abandonó la Isla
“Donde caes mal, debes irte. Debes buscar el lugar donde tu sacrificio sea valorado, o al menos, remunerado”
Osleni Guerrero, considerado el mejor badmintonista de Cuba, es parte de los atletas que en los últimos meses han abandonado la Isla e ingresado a Estados Unidos en búsqueda de mejores oportunidades.
El atleta de 33 años, ahora residente en Texas, platicó con el medio deportivo Play Off sobre sus motivos para migrar y los problemas que enfrentaba en su país natal por practicar un deporte poco popular.
El medallista de plata y bronce en los Juegos Panamericanos se inició en esta disciplina desde niño y a los 11 años debutó en el Panamericano de Bádminton del 2000.
Mientras crecía su cuerpo, le era difícil conservar las zapatillas de entrenamiento y a su vez era un gran problema conseguirlas en la Isla.
Debido a las carencias en su país de nacimiento, competidores de otras naciones le obsequiaban zapatillas, raquetas y otros implementos para la práctica del bádminton.
“En varias ocasiones me las regalaron jugadores mayores que me conocían”, comentó Guerrero, quien obtuvo medallas de oro en diversas competencias regionales y continentales.
Asimismo, mencionó que su destacada trayectoria en el referido deporte olímpico no se reflejaba en su estilo de vida, pues enfrentaba carencias como el resto de los cubanos y sus ganancias demoraban en llegar, pese a ser padre de dos hijas.
El representante de Cuba en los Juegos Olímpicos de 2016 empezó a percibir que los directivos de su disciplina ya lo veían como un deportista en decadencia y notaba una pérdida en el interés de su desempeño.
“Donde caes mal, debes irte. Debes buscar el lugar donde tu sacrificio sea valorado, o al menos, remunerado de la mejor manera posible, y no me refiero solo al dinero. Me refiero a un lugar en el que puedas hacer más cosas con tu trabajo, con tu disciplina”, expresó al medio especializado.
Estos factores lo llevaron a sumarse al movimiento migratorio de los cubanos hacia EEUU aprovechando que se encontraba en territorio mexicano para una competición.
“La decisión la tomé a última hora. Quería cambiar, mejorar mi carrera deportiva, estar a otro nivel, en otro ámbito. Fue tomada a la ligera. No lo tenía pensado. Siempre defendí la idea de que, si me cuidan en mi país, si me respetan, si valoran mi trabajo, ahí me quedo. Pero, realmente, las cosas comenzaron a cambiar”, explicó.
Al hablar sobre la fuga de deportistas cubanos, Guerrero siente que este éxodo es un motivo de tristeza y también refleja de que el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación no está defendiendo a los atletas ante las ideas de las autoridades comunistas.