Empresa cubana trata de sobrevivir con vinagre a falta de refresco

Los trabajadores no obtienen un reconocimiento por tanto esfuerzo, tan solo se les pide que hagan cada día más con menos. (Foto: Tomada de Televisión Avileña-Facebook)

La Empresa de Bebidas y Refrescos de Ciego de Ávila, en Cuba, (Ember) ha enfrentado un período de diversificación de sus productos para poder sobrevivir a la crítica situación que atraviesa el país.

La Ember de Ciego, brinda servicios también a la vecina provincia de Sancti Spíritus y su caso es muy similar al de otras productoras del país. Para sobrevivir al desastre, sus trabajadores han tenido que diversificar tanto la producción que hoy por hoy lo mismo embotellan ron que vinagre.

Otras empresas estatales, como Las Lomas y Los Portales, se han visto igualmente afectadas por la precaria situación del país. La escasez de recursos y materias primas hacen casi imposible el ritmo de producción y los trabajadores empiezan a temer por su seguridad laboral.

A inicios de año, la Ember planificó una producción que llegaría a los 220 millones de pesos por concepto de ventas. Sin embargo, se vieron obligados a reajustar esa cifra en un plan que no alcanza los 90 millones.

Esta reducción no fue aceptada por el Ministerio de la Industria Alimenticia, pues implica una reducción de un 90 porciento en la producción de las bebidas alcohólicas y un 45 porciento en la elaboración de refrescos, según datos ofrecidos a la prensa oficialista por Juan Carlos Poveda López, director de la unidad.

El motivo de la disminución en los índices productivos está ampliamente relacionado con las dificultades que presenta la isla en la producción de alcohol y azúcar.

La deuda que la Ember ha contraído con la estatal Tecnoazúcar, asciende a los nueve millones, según cifras oficiales.

Entre los nuevos caminos que ha tenido que emprender esta compañía se encuentra la comercialización de mermeladas de pulpas concentradas, las cuales compran a menor costo y después del procesado y embazado la comercializan en el mercado nacional.

«Subsistimos con eso, porque no hay ácido fosfórico, no hay benzoato de sodio, no hay azúcar y no hay esencias» aclara el directivo.

Poveda López ha asegurado a los medios de prensa cubanos que pretenden “cerrar diciembre con todos los trabajadores reubicados y sin pérdidas, a pesar de que no se cumplan las utilidades previstas.”

En aras de poder cumplir con esa fantástica promesa, la Ember ha tenido que hacer piruetas para mantenerse a flote. Desde alquilar el salón de reuniones, servicio gastronómico incluido, hasta la renta de vehículos a otras empresas.

Es el caso de dos camiones que se alquilan a emprendedores locales que colaboran con el sector de la Salud y otro que tiene convenios con la empresa láctea.

¡Se vende de todo!

Pero aquí no terminan los inventos, ¡qué va! De embazar bebidas ya han pasado a fabricar vasos de plástico a partir de las botellas que se dañan en el proceso de producción.

A esto se le suma que los trabajadores de la Ember elaboran comida típica cubana para vender como congrís, carne, vianda y ensalada que comercializan por valor de 230 pesos cubanos.

Y por si esto fuera poco, se está valorando la idea de hacer productos de higiene. Sobre este rubro en particular, el director de la empresa aclara que «hacerlo es difícil por ahora, porque se necesitan equipos y recursos».

Y ojo, no hay nada de malo en diversificar el producto de una empresa para sacarla a delante. Lo realmente triste es que los trabajadores no obtienen un reconocimiento por tanto esfuerzo, tan solo se les pide que hagan cada día más con menos.

Una triste parodia de lo que realmente es un sistema decadente e ineficiente que ha obligado a una empresa embotelladora a vender vasos plásticos y comida para cumplir la meta de producción socialista.