Empresa estatal de Las Tunas fabricará los muebles del hotel de 23 y K en La Habana

La empresa estatal Muebles Ludema de Las Tunas fabricará el inmobiliario de las 560 habitaciones y demás lugares comunes del hotel 23 y K que se construye en La Habana, a más de 650 kilómetros de distancia.

De acuerdo con un reporte de la Agencia Cubana de Noticias (ACN), el compromiso productivo con el primer rascacielos de Cuba, también conocido como la torre de Grupo de Administración Empresarial (GAESA), comenzará a ser efectivo en 2023 y continuará durante todo el año 2024.

Según Antonio Torres Infantes, comercial de Ludema, los militares cubanos que dirigen el proyecto escogieron a esta Unidad Empresarial de Base, que pertenece a la empresa matriz Muebles Dujo, debido a la “calidad de las producciones y el responder a las exclusividades que solicitan los clientes, lo que nos hace fuertes en esta labor”.

Ludema también surtirá de muebles en los próximos meses a la segunda torre del hotel de Tercera y 70, en el capitalino municipio de Playa.

Durante la pasada década la empresa tunera fue la encargada de elaborar el inmobiliario del Gran Hotel Manzana Kempinski, de categoría Cinco Estrellas Plus, ubicado frente al Parque Central en La Habana.

La información no precisa de dónde procede la materia prima que emplea Ludema para la fabricación de los muebles, ni el método de entrega de los muebles que se elaboran en Las Tunas y cuyo destino final es La Habana.

Solamente se precisó que la UEB estatal generó ingresos por 110 millones de pesos en 2022, 15 millones más de los previstos en el plan. Los ingresos son parte de la contabilidad de una empresa y para calcular las ganancias debe restarle a ese ingreso bruto todos los gastos en los que incurrió durante el ejercicio contable.

El hotel que se levanta en las calles 23 y K, justo en el conocido como hueco de 23, es financiado con capital 100% nacional, según el gobierno cubano.

Está situado en la esquina de la popular heladería Coppelia, y se prevé que tenga una altura de 154 metros, con 42 pisos. En su interior albergaría 560 habitaciones con categoría de cinco estrellas.

Su proceso de construcción comenzó a generar los primeros inconvenientes en julio de 2022, cuando al instalar la cristalería los rayos del sol producían un efecto reflectante sobre las zonas aledañas.

Los choferes que transitan por la avenida 23, una de las más importantes arterias viales del país, sienten los estragos del diseño que al parecer no tuvo en cuenta ese fenómeno.