“En la selva se pierde la noción del tiempo”: Realidad de las migrantes cubanas

Previo a la caída de la noche, en el corazón de la selva del Darién, en la frontera de Colombia con Panamá, más de treinta personas caminan en espera de llegar a la civilización. Entre ellos se encuentran ocho mujeres y diez niños, algunos de Haití, pero la mayoría son cubanas.

Hace casi dos años que el entonces presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, derogó la política “Pies secos, pies mojados”, iniciativa que otorgaba refugio a todos los cubanos que llegaran a territorio norteamericano.

Ante el reforzamiento de la seguridad en la frontera de México y Estados Unidos, por disposición del gobierno de Donald Trump, para contener las caravanas migrantes procedentes de Centroamérica, quienes ahora viajan por las selvas no saben lo que sucederá con ellos al alcanzar la frontera.

La cubana Yuneisy Ruiz Ruiz, como la mayoría de las migrantes de la Isla que atraviesan Centroamérica, se aventuró a viajar, desconociendo cuán complicada sería su travesía.

Dentro de la selva se enfrentaron a lesiones, asaltantes, las dificultades del terreno y los mismos traficantes de personas. Todo con la esperanza de un futuro mejor que al llegar a la frontera con la Unión Americana resulta incierto.

Con Información de Cubanet