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Estas son las cinco mejores mansiones del Vedado en La Habana
Todas las propiedades tiene valor arquitectónico, histórico y sentimental

Todas fueron construidas antes de 1959, una etapa de florecimiento y abundancia en Cuba. (Captura de pantalla © Abelito Nemo – YouTube)
El youtuber cubano Abelito Nemo hizo un recorrido único por las cinco mansiones más asombrosas del Vedado, en La Habana. Con su estilo cercano y detallista, nos muestra el valor arquitectónico, histórico y sentimental de estas propiedades, algunas aún habitadas y otras transformadas en instituciones estatales luego de que el régimen castrista las expropiara a sus legítimos dueños.
Cada casa guarda una historia que revela cómo fue la vida en la Cuba próspera de inicios del siglo XX cubano, una etapa que no se ha repetido, pues la Isla cayó en desgracia en 1959 con la llegada al poder de los comunistas.
La casa privada del Vedado: joya arquitectónica de 1928
Ubicada en una zona privilegiada del Vedado, esta residencia particular destaca por su diseño ecléctico y su sorprendente estado de conservación. Construida en 1928 y con 650 m² de superficie, incluye amplios jardines, terrazas, garajes, múltiples salones, un elegante comedor y una cocina central enchapada en mármol.
Lo más curioso es que sus dueños la tuvieron en venta por $850.000, un precio polémico considerando la crítica situación económica cubana. La casa parece detenida en el tiempo: el mobiliario, la iluminación, los espejos y el uso extensivo de la madera evocan un museo viviente.
Posee también un elevador interno, una rareza en viviendas privadas de esa época, y un apartamento independiente para renta. Su conservación depende del esfuerzo constante de sus propietarios, quienes mantienen vivo un patrimonio que ya no se construye y que peligra ante el deterioro generalizado del país.
Museo Nacional de Artes Decorativas: lujo aristocrático en cada rincón
Esta imponente mansión, ubicada en la Calzada 17 del Vedado, perteneció a la condesa María Luisa Gómez Mena, heredera de una de las familias azucareras más poderosas de Cuba. Construida entre 1924 y 1927, hoy es un museo que conserva más de 33.000 piezas de gran valor artístico, entre ellas mobiliario francés, arte oriental, esculturas, alfombras persas y porcelanas europeas.
Cada espacio refleja el refinamiento extremo de la época: salones rococó, comedores para 38 comensales, baños de estilo Art Déco y jardines con esculturas alegóricas a las estaciones del año. En sus restauraciones se hallaron valiosas obras ocultas tras muros falsos y tapices. La casa también fue visitada por figuras de la realeza europea.
A pesar de la expropiación por el régimen castrista en 1961, los descendientes de la condesa reconocen el cuidado que ha recibido el inmueble, convirtiéndolo en uno de los museos más importantes de La Habana.

Actualmente cuatro de las cinco mansiones son utilizadas por el régimen castrista. (Captura de pantalla © Abelito Nemo – YouTube)
Casa de la Amistad: una historia de amor eterno
Construida por Juan Pedro Baró como prueba de amor hacia Catalina Laza, esta mansión ubicada en la Avenida Paseo es quizás la más romántica de todas. De estilo renacentista italiano en su exterior y Art Decó en su interior, esta residencia simboliza el desafío al machismo y las normas sociales de principios del siglo XX.
Las paredes fueron hechas con estuco y arena del Nilo, un acabado lujoso que no necesita pintura y ha perdurado por más de 100 años. Cada rincón de la casa, desde sus lámparas en forma de rosa hasta sus terrazas frescas, remite a una pasión singular.
Tras la muerte de Catalina en Francia en 1930, sus restos fueron enterrados en un panteón de medio millón de pesos en el cementerio de Colón. Pedro Baró pidió ser enterrado de pie para velar su descanso eterno. Actualmente, la casa es sede de actividades culturales y sede del ICAP, pero conserva gran parte de su esencia original.
Casa José Manuel Cortina: símbolo de poder político y cultural
Esta fastuosa propiedad, frente a la Universidad de La Habana, perteneció al influyente político y diplomático José Manuel Cortina. Construida en 1926 con un diseño ecléctico de corte republicano, la mansión presenta tres niveles, torre-mirador, elevador original —el primero de Cuba—, una cúpula central, jardines amplios y detalles arquitectónicos únicos como vitrales, columnas de mármol y balcones de bronce.
Actualmente, funciona como casa estudiantil de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), lo que ha favorecido su mantenimiento. Se conservan elementos originales como baños con azulejos antiguos, salones con decoración de época y salas convertidas en oficinas o áreas culturales.
La torre, que corona la residencia, ofrece vistas panorámicas de toda La Habana, desde el Capitolio hasta el mar. Tras el triunfo revolucionario, la casa fue confiscada y Cortina emigró a Miami, donde falleció en 1970.
Palacio de los Matrimonios: la ironía del amor legalizado
Diseñada en 1921 por el arquitecto Emilio de Soto y construida sobre una elevación rocosa en 25 y N, esta mansión fue propiedad de Fausto García Menocal, hermano del presidente cubano Mario García Menocal.
Paradójicamente, fue su hermano quien legalizó el matrimonio civil en Cuba, permitiéndole casarse en esta misma casa. Hoy es el Palacio de los Matrimonios del Vedado, donde miles de cubanos sellan su unión. El edificio, de corte ecléctico, conserva salones con techos altísimos, mobiliario original, una entrada de autos tipo túnel y tres accesos distintos.
A pesar del deterioro evidente en algunas áreas, conserva su esplendor gracias a un arrendamiento actual a un empresario italiano, quien lo ha restaurado parcialmente. El palacio, protegido por la Ley de Monumentos Nacionales, representa una combinación entre historia republicana, romanticismo y función pública. Las bodas que aquí se celebran, sencillas o fastuosas, están envueltas en la atmósfera de un pasado que aún resiste al olvido.
